Rummidge, una gran ciudad industrial en el centro de Inglaterra, “muy gris, muy sucia, sobre todo muy fea”. Para todos sus lectores, está aquí, en esta ciudad imaginaria. “ubicado en el lugar que ocupa Birmingham en los mapas del llamado mundo real”entre académicos igualmente imaginarios e igualmente auténticos, en el corazón de este pequeño universo que describió con tanta picardía de libro en libro, que David Lodge será enterrado para la eternidad. Muere el escritor británico, maestro de la novela académica sarcástica “pacíficamente”, “junto a su familia cercana”, miércoles 1es Enero, su editor, Vintage (Penguin Random House), anunció el viernes. Tenía 89 años.
Termina así una doble vida como académico y autor de éxito. Especialmente en Francia, donde los libros de David Lodge han vendido varios millones de ejemplares y donde fue nombrado caballero de la Orden de las Artes y las Letras en 1997. Pelo corto y negro, cejas espesas y pobladas, ojos vivaces, boca fina, chaqueta de tweed, su Su silueta se había convertido en la imagen misma del novelista británico. Debajo de una fachada muy clásica se escondía un experto en comedia y autodesprecio, capaz de tejer una trama apasionante y hacer reír con temas serios como la vida universitaria, la religión católica o el declive de la industria. La encarnación perfecta del famoso humor inglés.
Te queda el 86,3% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.