Dentro de unos días, Ucrania ya no autorizará el tránsito de gas ruso a través de su territorio hacia los países europeos, advirtió su presidente, Volodymyr Zelensky. Una decisión que afectará a Moldavia, Eslovaquia y, en menor medida, a Hungría.
En la Unión Europea (UE), las importaciones de gas procedente de Rusia han caído a menos del 10% en 2023, frente a más del 40% en 2021. Pero los Estados situados en el este del continente siguen siendo muy dependientes. Actualmente, Rusia envía su gas a Europa a través de dos rutas, desde el sabotaje del Nord Stream en septiembre de 2022, en el Mar Báltico. El primero es el gasoducto TurkStream y su extensión, Balkan Stream, bajo el Mar Negro, hasta Bulgaria, Serbia y Hungría.
La segunda ruta atraviesa Ucrania en virtud de un contrato firmado en 2019 por cinco años entre, por un lado, las empresas ucranianas Naftogaz y, por otro, el gigante ruso Gazprom, y es este último el que debe recortarse en 1es Enero de 2025. El volumen que pasó por esta ruta ascendió a 14.650 millones de metros cúbicos en 2023, poco menos de la mitad de las exportaciones totales de gas de Rusia a Europa, según cifras oficiales.
Austria, que todavía importaba el 90% de su gas de Rusia este verano, tomó la iniciativa y puso fin a su relación a largo plazo con Gazprom en diciembre, pasando página después de casi seis décadas por motivos de “múltiples violaciones contractuales”. “Si los austriacos resolvieron el problema rescindiendo su contrato, los eslovacos quieren mantenerlo”explica a la Agence France-Presse Andras Deak, experto de la Universidad Ludovika de Budapest. El primer ministro Robert Fico visitó Moscú el fin de semana pasado y Volodymyr Zelensky lo acusó de querer “ayudar a Vladimir Putin a ganar dinero para financiar la guerra”.
En Moldavia ya nos estamos preparando para los cortes de energía. A pesar de los importantes esfuerzos de diversificación realizados desde el inicio de la guerra en su vecino, esta ex república soviética todavía depende para el 70% de su electricidad de la central térmica de Cuciurgan, situada en la región separatista de Transnistria y abastecida de gas ruso a través de Ucrania.
“Existen otras rutas de tránsito, pero parece que Gazprom no está preparado para cumplir sus obligaciones contractuales”lamentó recientemente la presidenta proeuropea Maia Sandu, denunciando “un chantaje de la oscuridad” del Kremlin en un contexto de temores de desestabilización a pocos meses de las elecciones legislativas. En este tenso contexto, se ha declarado el estado de emergencia energética y este país, que se encuentra entre los más pobres de Europa, tendrá que comprar su electricidad a la vecina Rumanía, a un precio más alto.
Hungría recibe la mayor parte de sus importaciones de gas ruso a través de TurkStream, y la decisión de Kiev sólo le afectará marginalmente. Pese a todo, el Primer Ministro declaró la semana pasada que el país no quería ” abandonar “ Esta ruta se utiliza para volúmenes bajos, con el fin de mantener “precios razonables”y que se estaban llevando a cabo negociaciones con moscú y Kyiv.