Sobre Adriano
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“Yo definiría a Adriano como un gigante amable”, dijo en un principio el francés. “El brasileño es una fuerza de la naturaleza con cabeza de niño, pero un buen niño. Tuve la oportunidad de vivir su historia, me da mucho cariño. En el campo era Emperador, pero en Italia vivió con su padre y tío; su padre fue un referente para él y cuando falleció lo perdió todo. Su padre le entregó el saldo y lamentablemente se encontró solo, fuera de casa, a los 25 años. Adriano ahora vive en la favela y veo a un hombre triste. Pasamos muchos momentos juntos: es un chico de oro, lo siento mucho por él”.
Sobre Baggio y el budismo
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Sebastian Frey fue uno de los mejores porteros de Europa en la primera década del nuevo milenio e hizo de la explosividad su mejor arma. Con sus peinados extravagantes, inspiró a una generación. Pero Frey también fue un portero que tuvo que afrontar momentos difíciles, en los que también se sintió muy frágil: “Después del Mundial reanudé mi preparación, pero Me sentí psicológicamente perturbadoentré en un bucle de paranoia. Sin embargo, como portero tienes que parecer invulnerable, pero sentí que mis compañeros no me consideraban así.
Mis cualidades eran el instinto, la explosividad, y sin eso me volví normal. Así que un día hablé con Baggiodiciéndole que necesitaba hablar con él: él respondió que esperaba una llamada telefónica mía. Me cuenta sobre su camino de vida, el camino espiritual de vivir con dificultades, diciéndome que esto (el budismo, ed.) tiene cambió tu vida. Me dijo que lo intentara, pero que tendría que empezar conmigo. El partido decisivo fue uno en el que intervine con un pie, haciendo una parada importante. A partir de ahí mi temporada cambió. A partir de ese momento comienza mi viaje y estoy muy agradecido con Roby por ello. Él enseña a todos todos los días, tengo que intentar comportarme así”.
El mejor once de Frey
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Frey jugó con varios campeones, pero cuando le pidieron que presentara su formación ideal respondió sin pensar demasiado: “En la portería, si no quisiera ponerme a mí mismo, diría Gianluca Pagliuca. Es una persona extraordinaria, me ayudó”. mucho y fue muy justo conmigo, en una defensa de tres, sin embargo, jugaría con Cannavaro, Iván Córdoba, un gran compañero, y finalmente el guerrero. Tomaš Ujfaluši.
En el centro del campo juego con Zanetti, en el otro lado Juan Manuel Vargas, y detrás de los delanteros diría Totti y Del Piero con Zidane como falso nueve. Al final, Ronaldo el fenómeno. Me parece un equipo decente (risas, ed.)”.
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