Para ser honesto, la idea no es nueva. Ahora Donald Trump lo reitera. “A los efectos de la seguridad nacional y la libertad en todo el mundo, los Estados Unidos de América creen que la propiedad y control de Groenlandia son una necesidad absoluta”. El presidente electo de Estados Unidos escribió esto en la red social La Verdad. No es nuevo, como decíamos. Ya en 2019 había declarado que quería tomar posesión del enorme territorio (dos millones ciento sesenta mil kilómetros cuadrados) que forma parte de Dinamarca.
Trump volvió al tema al presentar la nominación de Ken Howery como nuevo embajador estadounidense en el reino. “Me complace anunciar a Ken Howery como Embajador de Estados Unidos en el Reino de Dinamarca”, escribió en Truth. “Ken es un empresario, inversionista y servidor público de renombre mundial, que sirvió a nuestra nación de manera brillante durante mi primer mandato como Embajador. de Estados Unidos en Suecia, donde dirigió los esfuerzos para aumentar la defensa, la seguridad y la cooperación económica entre nuestros países”.
¿Provocación o intención real?
Muchos se preguntan si Trump tiene intenciones serias o si las suyas son sólo una provocación, tal vez persiguiendo otro objetivo. En 2019, llegó una respuesta tajante desde Copenhague: “La isla no está en venta”, tras lo cual Trump, ofendido, canceló su visita presidencial. En realidad, en el pasado los Estados Unidos de América ya compraron otros territorios, y también lo intentaron con Groenlandia, que a pesar de su enorme tamaño tiene apenas 56 mil habitantes. Para EE.UU. es una posición estratégica y además tiene yacimientos de oro, uranio y cobre (y quizás incluso petróleo que aún no se ha encontrado). ¿Pero podría alguna vez Dinamarca ceder ese territorio? Difícil de imaginar.
Trump también lo intenta con Panamá
El presidente electo también tiene “ojos” puestos en el Canal de Panamá. Partiendo de la observación de que las tarifas para el paso de barcos por el canal son muy elevadas, Trump “amenaza” con recuperar el control de la infraestructura, a menos que dichas tarifas sean revisadas (obviamente a la baja).
Vale recordar que el canal está controlado por Panamá desde hace 54 años, tras un acuerdo firmado por el gobierno local y Washington en 1970. Hacer una declaración fuerte con Panamá podría tener como objetivo obtener mejores condiciones comerciales, pero también otro propósito: Advierten al Estado centroamericano que no acabe bajo las garras de China.