Esto es un desaire para Vladimir Putin. Ucrania se atribuyó la responsabilidad de un ataque selectivo que se cobró la vida de un alto oficial ruso de 54 años el martes en Moscú. El general Igor Kirillov, comandante de las fuerzas de defensa radiológica, biológica y química del ejército ruso, murió en la explosión de una scooter bomba. El lunes, Kiev lo acusó de crímenes de guerra, acusándolo de haber supervisado el uso de armas químicas contra soldados ucranianos.
El fin de las grandes ambiciones rusas en Oriente Medio
Este asesinato acerca un poco más la guerra a suelo ruso a pesar de los esfuerzos de quienes están en el poder por minimizar su impacto en Rusia. Llega en un momento en que Vladimir Putin se ha visto debilitado en la escena internacional desde la caída de su aliado Bashar al-Assad en Siria. La guerra en Ucrania moviliza a todas las fuerzas rusas que ya no tienen medios para luchar en varios frentes al mismo tiempo. Este flagrante fracaso en Siria señala el fin de las grandes ambiciones de Rusia en Oriente Medio.
Sin embargo, después de este humillante revés, el Kremlin está negociando con los rebeldes a los que bombardeó recientemente. Rusia espera mantener sus dos bases militares en Siria, que son de gran utilidad para sus operaciones en África.
Los combates se redoblan ante la llegada de Trump
Los soldados rusos, que están sufriendo grandes pérdidas, no son lo suficientemente numerosos en Ucrania, a pesar de las atractivas bonificaciones y salarios. Miles de soldados norcoreanos llegan como refuerzos desplegados en la región de Kursk, para ayudar a Vladimir Putin a recuperar esta parte del territorio ruso ocupado desde hace varios meses por Ucrania, donde Moscú anuncia una gran contraofensiva. Las tropas rusas, sin embargo, siguen ganando terreno en Ucrania frente a un ejército inferior en número y armamento. Ahora se encuentran a las puertas de la estratégica ciudad de Pokrovsk.
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Los combates se intensifican en vísperas de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. El amo del Kremlin quiere estar en una posición de fuerza ante posibles negociaciones de paz que el nuevo presidente estadounidense quiere imponer a los beligerantes amenazando con reducir el apoyo de Estados Unidos a Ucrania.
El rublo se derrumba
El ataque a Moscú llega en un momento en el que la economía rusa está debilitada y comienza a sufrir sanciones internacionales tras haber sido impulsada por el esfuerzo bélico. El crecimiento sigue siendo sostenido (3,6% este año como en 2023), pero la falta de mano de obra y el aumento de los salarios están alimentando la inflación, que alcanzará el 8,8% en 2024. El rublo se desploma y la presidenta del Banco Central ruso, Elvira Nabiullina, teme un sobrecalentamiento de la economía. debido a un presupuesto que aumentará en 15,5 mil millones de dólares en 2025, principalmente para financiar gastos militares.
Vladimir Putin no podrá pedir sacrificios a los rusos para siempre. Por tanto, le conviene que cese la guerra aprovechando la nueva situación que representa la llegada al poder de Donald Trump.
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