Reorganización, movimiento y nombramiento. La moda, como la política, se mueve. El pasado 12 de diciembre se anunció la llegada de Matthieu Blazy, de 40 años, como director artístico de Chanel, en el prestigioso sillón que fue el de Coco Chanel, Karl Lagerfeld y Virginie Viard. A partir de abril de 2025, el franco-belga supervisará las colecciones de prêt-à-porter, accesorios y alta costura de la casa fundada en 1910. Una cartera impresionante para este diseñador “vecino”. Su misión será imaginar ropa, bolsos y zapatos deseables, sensuales, modernos y lujosos, para un gigante del lujo valorado en casi 20.000 millones de dólares y cuya red de tiendas se extiende a las capitales emergentes de América Latina y Asia Central.
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Cuando se trata de “empleos”, es difícil crecer. El creador lo asume, con humildad y cortesía. “Estoy encantado y honrado de unirme a la maravillosa casa Chanel. Espero conocer a todos los equipos y escribir este nuevo capítulo juntos”, dijo. Esta elección, ciertamente, es inesperada. Que una de las casas de lujo más grandes haya sido confiada hasta ahora a una figura relativamente discreta es desconcertante. “Me sorprende incluso que hayan pensado en ello”, nos susurró recientemente un responsable de prensa parisino cuando empezó a circular el nombre de Matthieu Blazy. En la larga lista de aspirantes al puesto que Virginie Viard dejó vacante en junio, Matthieu permaneció hasta el final.
Audacia y curiosidad inagotables
Desconocido para el gran público, este último es, sin embargo, un gran nombre en los estudios de moda: diseñador masculino en Raf Simons desde 2007, sucesor de Martin Margiela en su Casa entre 2011 y 2014, jefe de las precolecciones de Celine (era Phoebe Philo) desde 2014 en 2016, entonces director de diseño de prêt-à-porter
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