Cuando fueron contactados alrededor de las 22:30 horas de este viernes 13 de diciembre, los bomberos fueron llamados por primera vez por una fuga en Pertuis (Vaucluse), rue de l’Espigon. Pero cuando llegaron a la casa, se activaron los detectores de monóxido de carbono. Inmediatamente se enviaron refuerzos al lugar, dado el riesgo de explosión. Los dos ocupantes, una madre y su hija, de 88 y 48 años, fueron trasladados al hospital de Pertuis en estado de ebriedad leve. Según los primeros elementos, una estufa de pellets sería la causante de la aparición de este gas tóxico.
Se movilizaron una decena de bomberos.
El monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro, tóxico y potencialmente mortal que resulta de una combustión incompleta, independientemente del combustible utilizado: madera, butano, carbón, gasolina, fueloil, gas natural, petróleo, propano. Se difunde muy rápidamente en el medio ambiente. Cada año, este gas tóxico es responsable de un centenar de muertes en Francia. Cada año se notifican a las autoridades sanitarias alrededor de 1.300 episodios de intoxicaciones accidentales que afectan a casi 3.000 personas, indica el Ministerio de Salud y Acceso a la Atención Médica.
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