El jefe de Estado fijó la hoja de ruta hace una semana. El día después de la censura de Michel Barnier, Emmanuel Macron indicó en un discurso televisado el jueves 5 de diciembre de 2024 que su sucesor sería responsable de “formar un gobierno de interés general” a la fuerza laboral “ajustado”.
Compréndelo: no como el pletórico de su predecesor, que contaba desde el principio con unos cuarenta miembros. Sin duda más parecida a la primera lista de su joven predecesor Gabriel Attal, que inicialmente se rodeó de unos quince ministros a finales de enero, antes de añadir veinte más a principios de febrero.
Derecha e izquierda, pero “fuera de los extremos”
Como mínimo, será necesario cubrir un cierto número de carteras esenciales: Economía, Interior, Defensa, Justicia, Asuntos Exteriores, Educación, Agricultura, Asuntos Sociales, sin olvidar la portavocía y las relaciones con el Parlamento.
Para el casting, el nuevo Primer Ministro ya sabe qué perfiles busca. Mucho antes del nombramiento de Michel Barnier, François Bayrou ya abogaba, a mediados de agosto, por un gobierno “compuesto por personalidades de carácter” y “suficientemente experimentado”próximo “izquierda, centro y derecha”todo “Republicanos, excluyendo a los extremos”.
Definición que podría corresponder, por ejemplo, a una figura como Bernard Cazeneuve. Los dos hombres también se han vuelto más cercanos en los últimos meses: invitado a la escuela de verano del MoDem a finales de septiembre, el ex Primer Ministro socialista no juzgó hasta la semana pasada que el líder centrista había “todas las calidades” hacer “un buen primer ministro”.
También se mencionan otros nombres de tenores. A la izquierda, la del ex jefe de Bercy, Pierre Moscovici, hoy encaramado en el Tribunal de Cuentas. A la derecha, el ex ministro de Trabajo y Salud, Xavier Bertrand, ahora exiliado en la región de Hauts-de-France. Pero, ¿dejarían sus baluartes por un asiento ejecutivo más expulsable que nunca?
El caso Bruno Retailleau
Lo mismo ocurre con los líderes de la Asamblea, Gabriel Attal y Laurent Wauquiez, nuevos hombres fuertes de sus respectivos partidos (Renacimiento y Republicanos), que se mantienen cautelosamente al margen del equipo de Barnier. A diferencia de Bruno Retailleau, que dejó las riendas de la derecha en el Senado para hacerse cargo de las de Beauvau, donde espera permanecer.
Problema: no todas las personalidades son compatibles. El caso Retailleau, en particular, resulta delicado. Una parte de la izquierda amenaza así con censurar a François Bayrou si conserva al actual Ministro del Interior. “No veo qué otra opción tendríamos”advirtió la jefa de los ecologistas, Marine Tondelier.
Los socialistas, por su parte, decidieron permanecer en la oposición y por eso se negaron a entrar en el gobierno, lo que limita aún más el potencial caldo de cultivo. Y a la derecha, LR espera. “Dejemos que el Primer Ministro explique su proyecto” antes de decidirse por “posible participación”.
Otro escollo a tener en cuenta: la imprescindible paridad de género dentro del equipo de gobierno. Por el momento, aparte de las salientes Catherine Vautrin (Territorios) y Rachida Dati (Cultura), rara vez se mencionan los nombres de personalidades femeninas.