Taiwán dijo el martes que se enfrentaba a un despliegue naval masivo de China cerca de sus aguas. Es incluso más importante que el lanzado en agosto de 2022 en respuesta a la visita a Taipei de Nancy Pelosi, entonces presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense.
Un alto responsable de seguridad dijo a la AFP que “casi 90” embarcaciones estaban desplegadas en aguas del mar de China Oriental y Meridional, así como en el estrecho de Taiwán, que separa la isla del continente. Esta cifra es superior a la de las maniobras de 2022, según el portavoz del Ministerio de Defensa taiwanés.
El 2 de agosto de 2022, Pelosi fue a Taiwán para una visita que provocó la furia de Beijing. China considera que el archipiélago taiwanés es una de sus provincias que todavía no ha logrado recuperar desde el fin de la guerra civil china en 1949. No excluye el uso de la fuerza para lograrlo y considera cualquier visita a Taiwán por parte de altos funcionarios extranjeros como una provocación.
Estado de alerta “alta”
En respuesta, las autoridades taiwanesas anunciaron que estaban realizando “maniobras de preparación para el combate” y poniendo a sus fuerzas armadas en alerta “alta”, tras detectar buques militares y guardacostas chinos cerca de la isla.
En el proceso, Beijing dijo que quería “defender firmemente su soberanía nacional e integridad territorial”, y describió a Taiwán como una parte “inalienable” de China.
La gira por el Pacífico de Lai, descrito por Beijing como un “separatista peligroso”, fue su primer viaje al extranjero desde que asumió el cargo en mayo. Este viaje le llevó, en particular, a dos territorios americanos, Hawaii y Guam, donde se encuentran varias bases militares estratégicas.
Su objetivo era fortalecer el apoyo internacional a Taiwán. Durante esta gira, el Sr. Lai habló por teléfono con el presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, Mike Johnson. En respuesta, China instó a Estados Unidos a “dejar de enviar malas señales” a las “fuerzas independentistas taiwanesas”.
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