El líder islamista de los rebeldes en Siria, Abu Mohammad al-Jolani, inició el lunes conversaciones sobre la transferencia del poder.
Un proceso iniciado tras la huida del dictador Bashar al-Assad.
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Si Bashar al-Assad realmente ha sido derrocado, el futuro de Siria aún sigue sin estar claro después de que los rebeldes tomaron el poder en el país. El lunes 9 de diciembre, el líder de las facciones islamistas, Abu Mohammad al-Jolani, inició conversaciones sobre la transferencia del poder, mientras Occidente se muestra cauteloso frente a los insurgentes que ahora controlan la mayor parte del país. Tras la caída del presidente Assad, que huyó del país con su familia a Moscú, según las agencias rusas, los rebeldes se apresuraron hacia las prisiones para liberar a los detenidos.
Además, el día después de su entrada en Damasco, Abu Mohammad al-Jolani conversó el lunes con el ex primer ministro Mohammed al-Jalali para “coordinar la transición de poder”, después de que el Parlamento y el Partido Baath de Bahcar al-Assad apoyaran la transición, según un comunicado rebelde. En una declaración separada transmitida por la televisión estatal, cuyo logo en Telegram ahora muestra la bandera rebelde, el funcionario de HTS, Mohammed Abdel Rahmane, dijo: “Las fuerzas de seguridad trabajan para proteger los edificios gubernamentales y las instalaciones públicas y privadas, y realizan patrullas para garantizar la seguridad en Damasco”.
El grupo HTS, antigua rama siria de Al Qaeda, afirma haber roto con el yihadismo, sin convencer realmente a los países occidentales, incluido Estados Unidos, que lo clasifican como terrorista. Estos últimos, así como los países europeos, afirmaron que juzgarían al grupo por sus acciones.
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