lo esencial
La desaparición de Fadila Bouafia trastornó la vida pacífica de los habitantes de Massat en Ariège. Un mes después, la esperanza de encontrarla permanece.
En Massat, la desaparición de Fadila sigue alimentando las conversaciones. Hay que decir que en esta localidad enclavada en el corazón de los Pirineos de Ariège, Fadila Bouafia y su compañero Jean-Marie, así como François Perez, el principal sospechoso, tenían sus costumbres.
Un mes después de los hechos, los habitantes del pueblo siguen divididos. “Por supuesto que hablamos de ello. El problema es que no sabemos mucho e, inevitablemente, esto alimenta muchos rumores. Escuchamos de todo y lo contrario. Sin embargo, este asunto ha revelado una profunda solidaridad en el pueblo. , las cacerías que se han organizado son conmovedoras”, testifica un joven Massatois.
“Es horrible lo que pasó”
Otros, por su parte, prefieren distanciarse de este ambiente que algunos califican de pesado. “Es horrible lo que pasó, pero no los conozco personalmente y prefiero no involucrarme”, susurra este treintañero desde la plaza del pueblo. Unos metros más adelante, otro vecino parece adoptar la misma postura. “Es cierto que es brutal. Pero si hubiera sucedido en una gran ciudad como Toulouse o París, no habríamos hablado tanto de ello. Quizás en el barrio donde sucedió, pero no más…”, explica el cincuentenario. -viejo.
Sentado en la terraza de un café, Virgilio
No puede ocultar su dolor. “Lo perdimos todo… Antes había un verdadero ambiente en el pueblo. Durante la petanca, por ejemplo, compartíamos momentos muy agradables. Es cierto que a veces teníamos discusiones con Fafa, pero esta desaparición provocó mucho sexo. “No hay nada entre nosotros… Creó tensión. Desde entonces, todos nos miramos como una mierda”, se lamenta. Una desconfianza que se debería a diferencias sobre la implicación de François Pérez en la desaparición de la madre, lo que convertiría a todos en potenciales sospechosos.
“Hay gente que está convencida de que no es François. Entonces nos decimos que si no es él, quizá sea algún otro del pueblo con el que seguimos pasando el rato”, reconoce Virgil. Preguntado sobre el papel del ex soldado, Virgilio prefiere ser cauteloso: “Lo conozco desde hace varios años y no quiero enterrarlo. Mientras no me demuestre que es él, me niego a creer”. él.”
Cuando François jugó el brazo grande
para lisa
Fadila había entablado amistad con el ex cazador alpino. “Los tres se conocían muy bien con Jean-Marie. Fafa dejó claro que François no dudaría en defenderla si alguna vez se viera involucrada en una disputa. Además, lo dejaban a menudo en su colina y tenían una juntos de fiesta”, recuerda la joven.
En cualquier caso, todos mantienen una mínima esperanza de encontrarla, sin dejarse llevar por falsas ilusiones. “Si dejamos de tener esperanzas, después se nos muere en la cabeza. Por otro lado, dado el tiempo que ha pasado desde entonces, tampoco debemos engañarnos…”, expresa un familiar. Menos optimista, Olivier se muestra pragmático: “Poco a poco empezamos a acostumbrarnos a que hay muchas posibilidades de que esté muerta y que hay pocas posibilidades de que la encontremos”.Los nombres han sido cambiados.
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