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A pesar de las recientes escaladas y acusaciones de múltiples violaciones por parte de Israel, los funcionarios libaneses e israelíes han reiterado su compromiso con el acuerdo de alto el fuego alcanzado la semana pasada. Fuentes estadounidenses, citadas por Al-Jazeera, confirmaron que Washington está trabajando estrechamente con Francia, Líbano e Israel para resolver cualquier problema a través del mecanismo de seguimiento del alto el fuego.
Según estas fuentes, un equipo de seguimiento encargado por Estados Unidos llegó al Líbano para supervisar la implementación de los términos del acuerdo. “Washington está haciendo todos los esfuerzos posibles para preservar el alto el fuego y cree que se mantendrá”, agregaron, precisando que se mantienen contactos constantes con funcionarios de ambos países.
El papel central del ejército libanés
Como parte del acuerdo, el ejército libanés refuerza su presencia en el sur del Líbano, una región históricamente marcada por tensiones con Israel y la presencia de Hezbolá. El ejército, visto como una institución nacional respetada, permaneció neutral durante los 14 meses de conflicto entre Israel y Hezbollah. Su ascenso al poder en el sur se considera un elemento clave para la estabilidad a largo plazo.
Durante los primeros 60 días de tregua, miles de tropas libanesas se desplegarán junto con las fuerzas de paz de la FPNUL (Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano). Al mismo tiempo, se supone que los combatientes de Hezbolá se retirarán de las zonas cercanas a la frontera, mientras que Israel debe retirar sus fuerzas terrestres.
El ejército libanés, que cuenta con alrededor de 80.000 miembros, planea reclutar nuevos soldados para apoyar el esfuerzo. Anunció el martes un plazo de un mes para la presentación de solicitudes.
Una situación frágil pero bajo control
Sin embargo, la situación sigue siendo tensa, especialmente después de los acontecimientos del lunes, cuando presuntas violaciones israelíes provocaron represalias por parte de Hezbolá. Israel respondió con ataques aéreos que devastaron la infraestructura en el sur del Líbano. Aunque estos incidentes amenazan con debilitar el acuerdo, el mecanismo de seguimiento establecido por Washington y sus socios pretende limitar las escaladas.
El despliegue del ejército libanés se considera un paso esencial para restaurar la autoridad estatal en el sur, una región dominada durante mucho tiempo por Hezbolá. Sin embargo, persisten desafíos, en particular la falta de recursos financieros y logísticos del ejército en el contexto de una crisis económica prolongada.
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