En su 64º congreso celebrado en Santiago de Chile, la federación “Libaral International” acaba de otorgar su premio a la libertad, versión 2024, a la ruandesa Madame Victoire Ingabire.
El Premio de la Libertad se otorga anualmente para honrar a una persona que haya hecho una contribución excepcional a la promoción de los derechos humanos y las libertades políticas. Los ganadores provienen de todo el mundo y han luchado en temas que van desde el empoderamiento de las mujeres hasta el establecimiento de la democracia.
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Entre los ganadores de años anteriores se encuentran el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky (2022), el abogado keniano Gitobu Imanyara (1990) y Sadako Ogata (1994).
Madame Victoire Ingabire tiene ahora el honor de encontrarse entre las figuras históricas, a nivel mundial, que promueven los derechos humanos y la democracia, en condiciones excepcionales.
¿Una respuesta indirecta a las amenazas recientes?
Este precio llega en un contexto particularmente turbulento. Madame Ingabire sufrió recientemente una avalancha de amenazas en su contra. El objetivo parece, sin duda, debilitarla y empujarla a colapsar por sí misma, probablemente antes de que se tome cualquier otra medida contra su vida.
Las declaraciones del presidente ruandés, pronunciadas en su discurso del 16 de noviembre, atacan duramente a personas que han sido indultadas pero que continúan su actividad sociopolítica, divergiendo ligeramente de la línea gubernamental. En un formato de discurso bastante demostrativo, el presidente dice textualmente que es hora, respecto a estas personas, de “ Vuelva a encender el reloj y reinícielo a la hora correcta. “. El presidente se queja, además, de cierta opinión internacional que los apoya y los inflama, según sus palabras.
La identidad de las personas implícitamente atacadas no es tan difícil de identificar, ya que sabemos que Victoire Ingabire, desde su salida de prisión, es la única que realmente continúa su actividad sociopolítica en Ruanda, gozando así de una gran credibilidad tanto a nivel nacional como nacional. internacional.
Algunos medios de comunicación oficialistas difundieron el discurso del presidente, disfrutando de mentir y difamar las intenciones y la conducta de Madame Ingabire. Como era de esperar, han resurgido las mismas calumnias y difamaciones: apoyo a grupos rebeldes, ideología genocida, espíritu divisionista, etc.
Hoy más que nunca, las amenazas y otras formas de ataques sólo pueden inflamar mentes que ya están tensas. Deberían dar paso a discursos de apaciguamiento y de convivencia.
Si el país estuviera bien reconciliado, el premio a la libertad concedido a Victoire Ingabire debería hacer las delicias de toda la población. Sería una oportunidad, en el contexto ruandés, para reflexionar y dar sentido a la “política” y a los valores inclusivos y humanos.
¿No es ésta precisamente la lucha de Victoire Ingabire?
Para finalizar este post, permítanme referirme a una bienaventuranza extraída de la novela “Les bouts de bois de Dieu” de Ousmane SEMBENE: “…Feliz el que lucha (la injusticia) sin odio. “. Esta frase de la canción de Maimouna concluye toda la narración de la novela.