“Fue la camioneta la que ganó”

-

El dúo es todo sonrisas, incapaces de relajar los músculos de sus rostros. Por todas las montañas rusas vividas durante la experiencia. Revoluciónpero sobre todo por el orgullo de haber logrado ganar la temporada de estrellas con el romperdicen.

“Ganar ya es algo, pero después de eso, transformar nuestro medio, nuestro arte para inspirar a otros jóvenes, es incluso más que ganar”, dice Sean.

Sam y Sean ganaron la temporada All-Star Revolución.

Los b-boys se han impuesto Revolución gracias a su actuación artística y sus impresionantes revoluciones. El domingo por la noche rozaron la perfección con un último número al son de la música de Bohemian Rhapsody por Reina. Incendiaron el escenario con un acercamiento donde el romper estuvo en el centro de su actuación. Sin decoración, sin complementos, pero con un explosivo juego de luces.

“Nos obligó a apoyarnos realmente en el romperdice Sam. Llevábamos mucho tiempo queriendo hacer un número con un espectáculo de luces loco y necesitábamos una canción que nos permitiera hacerlo. Teníamos tantas revoluciones que aún no habíamos hecho, así que nos dijimos que cuando la simplicidad se hace bien, realmente puede dar sus frutos”.

Sam y Sean querían enfrentarse al dúo formado por Yohe y Yelda para el enfrentamiento final de 45 segundos. Reunidos para la ronda de dúos improbables durante la cual crearon un número de la tragedia de Shakespeare, los b-boys encontraron perfecta la idea de competir contra los formidables bailarines cubanos.

Sam, Yelda, Yohe y Sean durante su improbable dúo. (IMÁGENES OSA)

“Estos son artistas que amamos y respetamos”, enfatiza Sam. Hay mucho que ganar. Revolución. Creo que hay aún más que ganar en la temporada en la que todos están dando lo mejor de sí. Pero es aún más grande ganarle a Yohe, que es probablemente el mejor bailarín que ha estado en este escenario, y a Yelda, que es una intérprete y bailarina increíble. Hay algo al respecto divertido por haberlo tenido difícil. Tengo muchas ganas de enviarles flores”.

Para ellos, Revolución es una herramienta con un inmenso impacto social. Los comentarios favoritos de Sam son cuando la gente le dice que no les gusta el rap, pero que disfrutan sus actuaciones, dice.

“Me parece hermoso ver a la señora no así y haberle podido regalar un momento hermoso a través del romper. Es arte”.

Sean aporta calma y un espíritu ordenado a este dúo, mientras que Sam es bastante caótico y disperso, dicen. (IMÁGENES OSA)

Una asociación paga

Sam y Sean tienen 29 y 20 años respectivamente. Se conocen desde hace mucho tiempo. También fue Sam quien coreografió los números de Sean durante la quinta temporada de Revolución. La idea de crear una alianza para la temporada de estrellas surgió casi de forma natural.

“Sam me preguntó si estaba interesado en un dúo. Es el tipo de cosas que hubiera deseado tanto, pero no me habría atrevido a preguntar. Nos reunimos, hicimos un plan de juego y nos fuimos diciéndonos que íbamos a ganar esta temporada.

Sean aporta calma y un espíritu ordenado a este dúo, mientras que Sam es bastante caótico y disperso, dice.

“No hay mucha gente que pueda seguirme en la práctica, pero Sean sí. Es hermoso verlo porque casualmente es nueve años menor que yo y es hermoso verlo evolucionar como ser humano y artista. Todo el crédito es para él. A esa edad, no tenía ese talento y determinación”.

Sam y Sean están particularmente orgullosos de haber logrado ganar la temporada de estrellas con el romper.

Cada uno con sus fortalezas y debilidades, se complementan y seguirán complementándose en diferentes proyectos, afirman. Porque habrá otros proyectos que el público podrá disfrutar si Sam y Sean se unen. Con 100.000 dólares en sus bolsillos, invertirán en su arte para mejorar, competir o incluso organizar eventos de danza para la comunidad.

“Incluso después de la gran ola de Revoluciónsiempre habrá una razón para bailar y crear juntos, sostiene Sean. Esta no es la última vez que nos verán”.

-

PREV Virginie Efira se desnuda
NEXT El Cholet Basket estrena la segunda fase ante el Portel, en La Meilleraie