¡Sí, antes era mejor! – Hablador

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A lo largo de sus libros y artículos en HabladorTomás Morales celebra la Francia de ayer, la de su juventud y la de los Trente Gloriosos. Sus dos nuevas colecciones de crónicas, Los bouquinistas y Tierna es la provincia dar un lugar privilegiado a los recuerdos personales y los retratos literarios.


“Con él éramos interlocutores creíbles. Nos elevó hacia la edad adulta sin disminuir nuestra minoría”escribe Thomas Morales sobre Roald Dahl, leído durante la infancia. Él además escribe: “Desde los veranos perezosos hasta los otoños llenos de juegos, desde las subprefecturas desportilladas hasta esta capital canosa tan deseada, desde los santos celebrados en una iglesia románica hasta los placeres inofensivos de un beso acordado en el fondo de un patio, todo este conjunto de El trabajo ha desaparecido. » Un escritor capaz de inventar frases así es la excelencia. Tomás Morales, quien publica Los bouquinistas y Tierna es la provinciados suculentas colecciones de crónicas, ofrecen desde hace quince años una literatura excepcional y una veintena de obras. Y, notoriamente, evoluciona con gracia, elegancia y soltura, en la maleza de una creación original, fuera de norma y pasada de moda, tan lejos de los caminos trillados, golpeada, aplastada, destruida por el wokismo y la política correcta. Hay de todo en las dos frases citadas: una gran nostalgia, una melancolía picante como una melodía de Nick Drake, un estilo asombrosamente vivo. Tomás Morales nos cumple.

De Berry a Finisterre

Cuando se le preguntó sobre la génesis de estas dos obras, respondió: « Los bouquinistas constituye la tercera parte de mi trabajo sobre la nostalgia publicado por Héliopoles. Estaba planeado desde hace mucho tiempo. Aro este surco con una felicidad que espero compartir. Intento capturar sus aspectos más destacados a través de diferentes figuras, la mayoría de las veces artísticas. El mundo de antes me conmueve. Tierna es la provinciaen Ecuador, es diferente porque fue escrito en el calor del momento. Es sin duda mi libro más personal en quince años. Es un deambular, como me suele pasar a mí, ausente, desde mi infancia en el pueblo hasta mis primeros pasos en el periodismo. Por primera vez destilo recuerdos, atmósferas, escenarios de mi provincia, e incluso de mis provincias porque voy de Berry a Finistère. »

Tomás Morales sobresale en el género de la crónica; le encanta disfrutarlo y explica: “La crónica es, en mi opinión, un arte mayor que coloco al mismo nivel que la novela. Requiere, por su pequeño formato, densidad y notable explosividad si quiere conseguir su objetivo. Es decir, golpear al lector con el gancho. No permite aproximaciones. »

Para releer, Tomás Morales: “¡Pongo la crónica en el mismo rango literario que la novela!”

Cantor de Francia durante los Trente Glorieuses, no deja de recordar su infancia, su adolescencia, los paisajes, los olores. Las imágenes televisivas (en blanco y negro) y las cinematográficas vuelven a él, como pompas de jabón con reflejos pastel. “Suelo decir que esta Francia fue y sigue siendo mi biotopo cultural y mi escenario mental”admite. Me gusta su encanto, su segundo grado, su modestia, sus artistas fallecidos, sus antiguas fraternidades, sus automóviles con carácter y sus platos salseados. Las Trente Glorieuses son mi refugio de identidad, así que sí, fantaseo un poco con ellas, las hago encajar en mi molde, pero encuentro en este período una frescura y una dignidad que tanto nos faltan hoy. Sin embargo, fue un período históricamente duro y tenso, pero los franceses estaban felices, llenos de esperanza, creían en un futuro mejor para sus hijos. »

Lo entendemos: la Francia de hoy no es la taza de té –y menos aún el vaso de Sancerre– de nuestro Berrichon; el la encuentra “Más aburrido, más dividido, más atrapado en la lógica de víctima, más resistente a la libertad de expresión, más preocupado por su futuro. Menos libre, menos descarado, menos risueño, menos encantador. En una palabra, carentes de esperanza y garbo. Me gustaría que redescubriésemos el espíritu francés, ese que va de Villon a Choron, de Dumas a Guitry. Estilo, humor, ligereza, fidelidad a una tierra y emoción sincera. »

La calidad de la pluma de Denis Tillinac

Villon, Choron, Dumas y Guitry. Referencias literarias, llueve como en la Bretaña de Caradec, en la prosa de Morales. “Mis maestros en crónicas, mis velocistas en escritura, son numerosos. Siempre aprendemos de nuestros mayores, escribir es una escuela dura. Para mejorar hay que ser humilde. Pienso, por ejemplo, en Kléber Haedens por su fluidez, sus papeles fluyen como agua viva, son eruditos a nivel humano, nunca pretenciosos, siempre cargados de una onda benéfica; Aprendí mucho de sus entusiasmos y sus disgustos. Tenía un duro rencor contra ciertos escritores intocables. También tengo debilidad por Jacques Perret, ¡qué pluma más virtuosa! Y un italiano menos conocido en Francia y al que hago publicidad constantemente: Ennio Flaiano (1910-1972), es el espíritu romano encarnado, la Dolce Vita y su alegre ferocidad. ¡Cómo no mencionar también a Vialatte, el príncipe de Auvernia! » También rehabilita a los grandes olvidados, a los talentosos. “loco”como los describió Patrice Delbourg en el bello ensayo homónimo publicado en 1996. Kléber Haedens, Robert Giraud, Emmanuel Bove, Antoine Blondin, Jean-Claude Pirotte, André Hardellet, Henri Calet, René Fallet… son homenajeados en las crónicas de Morales. No olvida al difunto y delicioso Denis Tillinac, que dio su nombre a un premio que, en 2022, premió a nuestro autor. “Fue un gran honor porque hay algunas similitudes en nuestros orígenes. El mío sigue siendo muy tímido comparado con el suyo. Esta fraternidad se manifiesta en el apego a la provincia, en el aprendizaje del periodismo en una redacción local, en el amor por la prensa diaria regional, que sigue siendo la mejor escuela para sentir las aspiraciones populares de un país y también por la fidelidad a los escritores húsares y, más en general, , a los réprobos de los círculos. Y lo que a menudo olvidamos cuando hablamos de Tillinac es su calidad de escritura. » Tomás Morales también tiene una gran cualidad: tiene la memoria del corazón.


leer

Los bouquinistas, Tomás Morales, Heliópolis, 2024.

Tierna es la provincia, Thomas Morales, 2024.

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