“Durante el lavado funerario, el empleado de la funeraria que estaba preparando el cuerpo vio que su aguja chocó contra un obstáculo. Un cuchillo de 33 centímetros estaba alojado en el tórax, enterrado hasta el mango, invisible desde el exterior, y cuya hoja estaba colocada a la altura del corazón”, explicó el fiscal de Alès, Abdelkrimi Grini, confirmando la información del sitio de información local. Objetivo Gard.
Se abrió una investigación para “buscar las causas de la muerte” con el fin de determinar si se trató de un posible asesinato o corroborar la teoría de un suicidio. Está prevista una autopsia del cuerpo para el lunes en el Instituto Forense de Nimes.
El cuerpo del hombre, de 54 años, fue encontrado inerte a principios de semana en el parque de una clínica de Bocas del Ródano, donde estaba siendo tratado por sufrimiento psicológico. Tenía varias heridas en el pecho y otra en la arteria carótida.
“El cuchillo probablemente nunca habría sido descubierto”
“A su lado se descubrió un cúter y cartas escritas en las que indicaba que acababa con su vida. Tampoco se detectó ningún rastro de lucha. El médico constató el suicidio, ya que a priori todo convergía hacia esa tesis”, añadió el fiscal. A petición de la familia, el cuerpo fue repatriado a Gard, en Vigan, cerca de las Cevenas, para ser enterrado allí tras los cuidados de los directores de la funeraria.
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