Varias personas fueron arrestadas en Kosovo el sábado después de una explosión que dañó un canal vital que suministra agua a miles de residentes. Pristina acusó inmediatamente a Serbia de haber “orquestado” este “ataque”, lo que Belgrado negó.
Serbia “niega inequívocamente cualquier implicación” en el ataque a un canal crucial en Kosovo y denuncia acusaciones “infundadas”, “irresponsables” y “inquietantes”, afirmó el sábado el presidente serbio, Aleksandar Vucic, en un comunicado.
Estos últimos reaccionaron así a las acusaciones tras la explosión que dañó una estructura esencial para el abastecimiento de agua de Kosovo.
Responsabilizamos a Serbia
El viernes sólo quedaba un enorme agujero en una de las paredes del canal Ibar-Lepenac que suministra agua potable a cientos de miles de habitantes del norte de Kosovo y parte de Pristina, la capital. Esta fuente también es fundamental para la refrigeración de dos centrales térmicas.
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El sábado por la mañana, “aproximadamente una cuarta parte” del suministro de agua estaba asegurada, anunció el primer ministro kosovar, Albin Kurti, durante su visita al lugar de la explosión, donde también anunció varias detenciones. “Hacemos responsable a Serbia”, insistió.
Serbia, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, rechazó por su parte cualquier responsabilidad en la explosión y condenó “con la mayor firmeza” este “inaceptable acto de sabotaje”.
La OTAN como refuerzo
En una primera declaración tras una reunión del Consejo de Seguridad por la noche, el Gobierno kosovar ya había afirmado que “los primeros indicios sugieren” que esta explosión fue “orquestada por el Estado serbio, que tiene la capacidad de llevar a cabo un ataque criminal y terrorista de este tipo”. .
En este contexto, el Consejo de Seguridad “aprobó medidas adicionales para reforzar la seguridad en torno a instalaciones y servicios esenciales, como puentes, transformadores, antenas, lagos, canales, etc.”, precisó el gobierno.
Los alrededores del canal están protegidos desde el viernes por la tarde por la Kfor, la fuerza de la OTAN en Kosovo, indicó la organización en un comunicado de prensa.
Llama a la calma
Los llamados a la calma han aumentado desde el viernes por la noche. “Llamamos a todas las partes a resistir las provocaciones y favorecer el diálogo, el entendimiento mutuo y la cooperación”, subrayó el ministro serbio de Asuntos Exteriores, Marko Djuric, en la red social. Kosovo podría estar “potencialmente implicado” en el ataque.
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Tensiones desde el final de la guerra
Las relaciones entre Belgrado y Pristina nunca han sido pacíficas desde el final de la guerra en 1999, y las tensiones aumentan periódicamente, particularmente en el norte de Kosovo, donde vive una gran comunidad serbia.
El ataque del viernes se produce tras una serie de incidentes en el norte, entre ellos el lanzamiento de granadas contra un edificio municipal y una comisaría de policía a principios de esta semana.
Estas tensiones surgen cuando las elecciones legislativas se celebrarán el 9 de febrero en Kosovo.
hacer con agencias