El pueblo libanés celebra el alto el fuego entre Hezbolá e Israel.Imagen: EPA
Analizar
Cómo Israel inclinó la balanza de poder a su favor en Medio Oriente y cuáles serán las consecuencias. Análisis.
Thomas Seibert, Estambul / ch media
Más de “Internacional”
Coches tocando bocinas, banderas de Hezbolá, disparos al aire: los partidarios de la milicia chiita en el Líbano celebran el alto el fuego en la guerra contra Israel como una victoria. Hezbollah anunció que continuaría la resistencia contra Israel. Irán elogió a la milicia por destruir “el mito de la invencibilidad israelí”. Esta propaganda oculta parte de la realidad: la evidente derrota de Hezbollah e Irán en una guerra que inclinó el equilibrio de poder en Medio Oriente a favor de Israel.
Hezbolá e Irán recuerdan que, según los acuerdos de alto el fuego, Israel debe retirarse del sur del Líbano. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, tuvo que admitir que su ejército necesitaba respirar un poco. Por lo tanto, Hezbollah se celebra a sí mismo como el protector de la soberanía libanesa. Un poco como sucedió después de la última guerra contra Israel en 2006.
Sin embargo, existen diferencias importantes entre la situación pasada y la actual. El grupo paramilitar salió ileso de la guerra hace 18 años. Esta vez perdió a su líder Hassan Nasrallah, a la mayoría de sus comandantes y gran parte de sus armas. Incluso con decenas de miles de misiles, la milicia no logró derrotar a Israel.
El servicio secreto israelí Mossad se infiltró en Hezbolá y hizo estallar miles de receptores de radio del grupo. Actualmente se está debatiendo en el Líbano si el Estado puede liberarse de la tutela de Hezbollah.
Kristof Kleemann, director de proyectos de la Fundación Friedrich Naumann en Jerusalén y ex director de la oficina de la Fundación en Beirut, dice:
“Por supuesto, Hezbolá celebra el alto el fuego como una victoria”
Y continúa: “Esto era de esperar, pero poco tiene que ver con la realidad”, afirma Kleemann. Según él, Hezbollah perdió su fuerza disuasoria y el apoyo de la población libanesa. En definitiva, el peso estratégico de la región ha cambiado de bando.
Inferioridad militar y errores graves de apreciación
Este cambio es consecuencia de la superioridad israelí, pero también de los malos cálculos de Hezbollah y los líderes iraníes. Cuando el grupo paramilitar comenzó a disparar sus cohetes contra Israel después del inicio de la guerra de Gaza en octubre de 2023, en apoyo de Hamás, la milicia y su patrocinador iraní creyeron que el conflicto seguiría siendo limitado.
Hezbollah espera poder imponer una suspensión de los combates en Gaza, en colaboración con Irán y los hutíes en Yemen, también apoyados por Irán, concluye Joshua Landis, especialista en Oriente Medio de la Universidad estadounidense de Oklahoma. Pero esto resultó ser un error fatal. Israel no sólo tomó represalias, sino que atacó con fuerza que Hezbolá e Irán no esperaban.
Hasta el ataque de Hamás a Israel, el conflicto –entre Israel, por un lado, e Irán y sus aliados como Hamás, Hezbolá y los hutíes, por el otro– seguía reglas fijas, incluso si no estaban escritas. Una de ellas era que el conflicto no debería degenerar en guerra.
Tras el triste 7 de octubre, Israel puso fin a esto matando a Nasrallah en Beirut, a los comandantes iraníes en Siria y al líder de Hamás, Ismail Hanijah, en Teherán. Los aviones de combate israelíes bombardearon los escondites de los líderes de Hezbolá sin tener en cuenta las víctimas civiles. Pese a todo, Estados Unidos y Europa mantuvieron su apoyo.
Un desenlace en forma de duro golpe
Las nuevas reglas del conflicto en Oriente Medio las dicta ahora Israel, como lo demuestra el acuerdo de alto el fuego en el Líbano. Hezbollah tuvo que abandonar su principal objetivo, que era poner fin a la guerra en el Líbano sólo si al mismo tiempo cesaban los combates en Gaza. El árbitro final en el seguimiento del alto el fuego es Estados Unidos, el aliado más cercano de Israel y archienemigo de Irán.
El resultado de la guerra entre Hezbollah e Israel también es un duro golpe para Teherán. La República Islámica ya no puede contar con Hezbolá –hasta nuevo aviso– como puesto avanzado iraní en la frontera israelí. Perdió credibilidad ante sus aliados en Irak, Yemen y Siria al no acudir en ayuda de Hezbollah.
Incluso el reciente ataque israelí contra territorio iraní aún no ha sido objeto de una respuesta de Irán, a pesar de numerosos anuncios, porque teme una respuesta devastadora de Israel y Estados Unidos. Hezbolá e Irán han perdido más que una guerra en 2024.
Traducido y adaptado del alemán por Léon Dietrich.
