Procesado por delitos sexuales, P. Diddy esperaba convencer al juez de que le permitiera regresar a casa antes del juicio. Detenido en septiembre pasado por las autoridades federales, el ex magnate del rap ha estado desde entonces encarcelado en Brooklyn. Desde entonces, ha estado luchando con sus abogados para que se le acepte la libertad bajo fianza para el arresto domiciliario. Pero por tercera vez su petición fue rechazada por un juez que consideró que su liberación presenta un riesgo para la comunidad. El juez explicó en particular que Sean Combs, su verdadero nombre, tiene un “grave riesgo de manipulación de testigos”, citando sus intentos de comunicarse mediante llamadas y mensajes de texto con un testigo anónimo del gran jurado.
El juez también recordó los gravísimos cargos que se le imputan así como las armas encontradas en su domicilio y las violentas amenazas que presuntamente habría proferido en el pasado. En un intento por mantenerlo tras las rejas, los fiscales argumentaron que “el objetivo del acusado es chantajear a las víctimas y testigos para que guarden silencio o proporcionen testimonios útiles para su defensa”. Mientras tanto, los abogados defensores dijeron que el caso de la fiscalía era “débil” y propusieron una fianza de 50 millones de dólares con condiciones estrictas de liberación que limitarían gravemente la capacidad de Combs de contactar a otras personas más allá de sus abogados y requerirían monitoreo las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
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