Violentas inundaciones, provocadas por lluvias torrenciales, azotaron esta semana varias regiones de Malasia, provocando la muerte de cuatro personas y la evacuación de más de 80.000 residentes.
El Centro Nacional de Gestión de Desastres (NADMA) anunció el viernes que se estaban llevando a cabo operaciones de ayuda en siete estados, donde cientos de miles de personas han sido trasladadas a refugios temporales.
Las inundaciones afectaron especialmente a los estados de Kelantan, Terengganu y Sarawak, donde las aguas cubrieron grandes zonas.
Las autoridades locales han abierto 467 centros de alojamiento de emergencia para acoger a las víctimas de desastres. Los equipos de búsqueda y rescate, incluida una fuerza especial desplegada en el estado de Kelantan, trabajan las 24 horas del día para rescatar a las víctimas y garantizar la seguridad de las poblaciones afectadas.
El número de víctimas aumentó con el descubrimiento de cuatro muertes en los estados afectados. Las autoridades dijeron que las operaciones de rescate continuaban, particularmente en las zonas más remotas, donde las condiciones climáticas dificultan el acceso.
Los expertos meteorológicos advierten que se esperan nuevas lluvias torrenciales en los próximos días, lo que empeorará la situación en las zonas ya afectadas.
Esta catástrofe se produce en plena temporada de los monzones, un período propicio a fuertes lluvias en la región. Las autoridades de Malasia han pedido a la población que esté alerta, especialmente en las zonas vulnerables donde se prevén más inundaciones.
Malasia, al igual que otros países de la región, enfrenta un desafío creciente en la gestión de desastres naturales. Las autoridades locales y los equipos de rescate se están movilizando para hacer frente a esta crisis, pero la situación sigue siendo preocupante.
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