Los precios al consumo aumentaron un 1,3% en noviembre en comparación con noviembre de 2023. En un mes, cayeron un 0,1%.
Los precios al consumo aumentaron en Francia un 1,3% en noviembre en un año, según una estimación provisional del INSEE del viernes, tras el 1,2% en octubre, una “cuasi estabilidad” según el Instituto.
Siempre según estas estimaciones provisionales, en un mes, los precios al consumo cayeron ligeramente un 0,1% en noviembre, frente a un aumento del 0,3% el mes anterior. En un año, el INSEE explica que el aumento de los precios al consumo se debería a una “desaceleración de los precios de los alimentos compensada por una aceleración de los precios de los servicios” y a una “caída menos marcada de los precios de los alimentos y la energía”.
En noviembre, la caída de los precios podría explicarse por la reducción de los precios de los servicios, en particular del transporte, precisa el INSEE. Los precios de los alimentos y de los productos manufacturados, por el contrario, se mantendrían estables respecto a octubre, pero “los de la energía y del tabaco subirían ligeramente en noviembre”, se puede leer todavía.
Se espera una reducción de tipos en diciembre
El índice armonizado de precios al consumo (IPCA), que permite realizar comparaciones entre países europeos, aumentó un 1,7% en noviembre, tras un 1,6% en octubre en un año. Y disminuiría un 0,1% en noviembre tras el +0,3% de octubre.
El jueves, el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, estimó que “todos los motivos” estaban “cumplidos” para una “rebaja” de los tipos de interés durante la próxima reunión de gobernadores del Banco Central Europeo (BCE) de diciembre 12. La inflación en Francia está ahora significativamente por debajo del objetivo del 2% anual favorecido por la institución.
El BCE ha relajado su política monetaria recientemente, con tres recortes de tipos de interés desde junio. La mayoría de los economistas predicen que el BCE decidirá nuevos recortes en sus próximas reuniones, incluso reduciendo el tipo de la facilidad de depósito al 2%. Una vez que se regrese a este nivel, la política monetaria de la eurozona se consideraría neutral, lo que significa que no desaceleraría ni estimularía la actividad económica.