Sudáfrica asume el domingo la presidencia del G20, convirtiéndose en el primer país africano en liderar el foro, aunque el enfoque en temas como el crecimiento inclusivo y el cambio climático corre el riesgo de chocar con la dura realidad de las guerras comerciales y las tensiones diplomáticas.
Un año después de la admisión de la Unión Africana como miembro permanente del G20, el turno de Sudáfrica al frente del G20 se considera una oportunidad para avanzar en áreas políticas cruciales para el desarrollo del continente.
El presidente Cyril Ramaphosa ha citado como prioridades el crecimiento económico inclusivo, la seguridad alimentaria, el cambio climático y la inteligencia artificial.
Sudáfrica es el cuarto mercado emergente que asume la presidencia del G20, que cambia anualmente, después de Indonesia, India y Brasil, y Ramaphosa dijo que su país buscaría aprovechar el trabajo de sus predecesores.
Estados Unidos asumirá el poder en diciembre de 2025 bajo el liderazgo de Donald Trump, cuya administración entrante ha amenazado con introducir aranceles restrictivos a países como Canadá, México y China, lo que generó temores de guerras comerciales.
Trump también ha rechazado en gran medida el consenso científico sobre el impacto de la actividad humana en el cambio climático y prometió desmantelar las políticas relacionadas con el clima que heredará del presidente Joe Biden.
“Será importante que Sudáfrica se asegure de consolidar las posiciones del Sur Global y proporcione a Estados Unidos un legado sólido en los temas para evitar que Estados Unidos y el Norte no diluyan o socaven toda la agenda del Sur Global. ,” dijo David Monyae, director del Centro de Estudios África-China de la Universidad de Johannesburgo.
UN MUNDO POLARIZADO
El G20, que incluye 19 naciones soberanas, así como la Unión Europea y la Unión Africana, fue creado para fortalecer la cooperación económica global. Representa el 85% de la economía mundial, el 75% del comercio mundial y el 67% de la población mundial.
Sin embargo, con miembros como Estados Unidos, China y Rusia en abierta confrontación por el comercio y las guerras en Ucrania, Medio Oriente y otros lugares, la polarización global complica la misión declarada del G20.
El Fondo Monetario Internacional y las agencias de calificación han advertido que las políticas comerciales cada vez más proteccionistas representan una amenaza para el crecimiento global y podrían afectar más duramente a las economías de mercados emergentes.
Laura Rubidge, investigadora de política exterior del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales, dijo que la presidencia del G20 daría a Sudáfrica la oportunidad de abogar por reformas más efectivas.
Añadió que los avances en cuestiones como la deuda soberana, el Marco Común del FMI y la mejora del mecanismo de resolución de disputas de la Organización Mundial del Comercio podrían contribuir al objetivo de crecimiento inclusivo del Sr. Ramaphosa.