Hezbollah estima que el número de sus combatientes muertos durante los 14 meses de conflicto podría llegar a varios miles – hasta 4.000 personas – más de diez veces el número de víctimas en la guerra del Líbano de 2006, informa Reuters en un análisis en profundidad publicado el jueves. Según las fuentes citadas por la agencia, con la entrada en vigor del alto el fuego, Hezbolá tendrá que reconstruir su estructura organizativa y realizar investigaciones sobre los “fallos de seguridad” que permitieron a Israel atacarlo de forma dolorosa. Uno de los principales errores que se examinarán: la subestimación de las capacidades tecnológicas israelíes.
Hassan Fadlallah, político de alto rango de Hezbolá, dijo a Reuters que “el pueblo” sería la prioridad. “Debemos darles refugio, limpiar los escombros, ‘decir adiós’ a los mártires y reconstruir”, afirmó. A pesar de la destrucción causada por la guerra, Fadlallah sostiene que la resistencia liderada por los combatientes de Hezbollah en el sur del Líbano y las poderosas andanadas de cohetes disparadas hacia el final del conflicto prueban el fracaso de Israel.
Irán, que creó Hezbollah en 1982, ha prometido ayudar con la reconstrucción. Los costos son colosales: el Banco Mundial estima que los daños sufridos sólo en el sector inmobiliario del Líbano ascienden a 2.800 millones de dólares, con 99.000 viviendas destruidas parcial o totalmente.
Un alto funcionario estadounidense dijo que Hezbollah está actualmente “muy debilitado”, tanto militar como políticamente. Un diplomático occidental confirmó esta evaluación, añadiendo que Israel tenía la ventaja y prácticamente había “dictado” los términos de su retirada.
Sin embargo, el investigador Andreas Krieg del King’s College de Londres cree que Hezbolá ha mantenido una capacidad importante. “La actuación de la infantería en el sur del Líbano y el lanzamiento de cohetes profundamente en territorio israelí en los últimos días han demostrado que la organización sigue siendo muy competente”, declaró, precisando: “Sin embargo, Hezbollah estará muy absorbido en el esfuerzo por reconstruir el infraestructura y, lo que es más importante, en la recaudación de los fondos necesarios”.
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