La empresa Lunar Outpost ha puesto sus ojos en la Starship de SpaceX para lanzar y depositar su nuevo vehículo lunar, Eagle, en la superficie de la Luna. Este anuncio se produce en un contexto en el que SpaceX, tras un histórico vuelo de prueba del vehículo en octubre, está reforzando su papel como socio esencial para futuras misiones lunares, en particular las del programa Artemis de la NASA.
Puesto avanzado lunar y misión Águila
Lunar Outpost, una innovadora empresa con sede en Colorado, recurrió a SpaceX para el lanzamiento y aterrizaje de su explorador águila. Este vehículo lunar está diseñado para explorar la superficie de la Luna y recopilar datos importantes para la investigación espacial. Justin Cyrus, fundador y director ejecutivo de Lunar Outpost, expresó su confianza en SpaceX después del exitoso vuelo de prueba de Starship en octubre que destacó el enorme potencial de la nave para cumplir misiones lunares complejas.
El Águila es una parte integral de la estrategia de Lunar Outpost para facilitar una presencia humana sostenible en el espacio. Al elegir Starship, la empresa establece una asociación dinámica con SpaceX, líder del sector privado aeroespacial. Este contrato también representa un punto de inflexión para la exploración de la Luna, que estará cada vez más dominada por tecnologías innovadoras del sector privado.
Este anuncio llega también en un momento estratégico para SpaceX, que sigue diversificando sus misiones lunares. Además de su colaboración con Lunar Outpost, la empresa de Elon Musk ha estado seleccionado por la NASA transportar astronautas en 2026 a la Luna a bordo de la Starship como parte de la misión Artemis 3. Esta misión es parte de un objetivo más amplio de regresar a la Luna, esta vez con una presencia humana duradera.
El rover LTV: una innovación para la exploración lunar
Lunar Outpost, junto con empresas como Leidos, Goodyear y General Motors, también está desarrollando una versión del Vehículo de terreno lunar (LTV)un rover destinado a transportar astronautas a la Luna a partir de 2030. Este proyecto forma parte de un concurso lanzado por la NASA en 2023 para elegir socios privados que proporcionen vehículos capaces de explorar la superficie lunar. Aunque la NASA ha seleccionado tres equipos para desarrollar los rovers, sólo se elegirá un proveedor para enviar un rover a la Luna en 2030 como parte de un misión de demostración antes del vuelo Artemis 5. Por tanto, la competencia sigue siendo reñida, con Starship como actor clave.
Aunque el LTV no estará presurizado, lo que requerirá que los astronautas usen trajes espaciales, deberá ser lo suficientemente autónomo para funcionar sin intervención humana constante. Tenga en cuenta que la NASA no planea comprar el rover en sí. Más bien, se tratará de comprar servicios de transporte y exploración para misiones de largo plazo a la Luna y más allá.