“El punto de partida de esta creación fue mi deseo de hablar sobre lo que es tabú y lo que no queremos mirar, lo que no miramos. Muy a menudo, cuando hablas con alguien sobre pedofilia, te das cuenta de que la gente no escucha ni olvida. »: con su quinta pieza, “Daddy”, Marion Siéfert impulsa a Mara, de 13 años, a Internet.
La niña tiene los bolsillos llenos de sueños y cree que los está haciendo realidad con Julien, quien le ofrece, después de muchos halagos, pasar al nivel “superior”. El hechicero es obviamente mucho mayor que la joven. Un tema peligroso que Marion Siéfert abordó por primera vez al conocer a víctimas de depredadores sexuales. Esto le permitió comprender que el sufrimiento no era menor cuando el abuso se producía de forma virtual: “Crea un impacto igualmente fuerte en la psique”, asegura. Estas entrevistas cumplían una doble responsabilidad: la obra debía estar a la altura de las historias escuchadas y la ficción debía expresar la realidad sin distorsionarla. “Daddy” es también una crítica virulenta a un peligroso mundo digital, que expone el fenómeno de la depredación en las redes sociales e Internet en general.
Espacio en disco
En el escenario, un lugar de fisicalidad y performance, realidad y ciberespacio se fusionan. Sin pantalla: la virtualidad está representada por cuerpos: “Estamos en el espacio del impulso, en un lugar imaginario y la pieza habla de algo muy concreto pero no de forma naturalista”, explica Marion Siéfert. El público es la audiencia de este metaverso físico.
Al miedo contribuye el malestar profético de los espectadores, conscientes del peligro. Un miedo tanto más difícil cuanto que la joven, a pesar de algunas resistencias, navega a ciegas, ebria de sus sueños. Tan apasionantes como los cuentos de Perrault donde los niños, aunque saben lo que va a pasar, temen la realidad. El lobo aquí es un personaje que Marion Siéfert quería que fuera “muy atractivo, manipulador y, por tanto, alegre”. “Su versatilidad lo hace completamente fascinante. Realmente es alguien a quien quieres seguir. Quería que la gente entendiera a Mara. »
Esta no es la primera creación de Marion Siéfert en la que aparecen niños o adolescentes. “El gran sueño”, su segunda obra, ya retrataba a una niña muy joven y trataba sobre la forma en que los adultos miran a los niños: “Creo que hay algo en esta época que resulta fascinante para los adultos, una especie de subyugación morbosa de estos cuerpos adolescentes. . » “Daddy” es su quinta creación, en colaboración con el cineasta Matthieu Bareyre. Ambos reivindican esta escritura a cuatro manos, que les permite explorar más campos artísticos.
Burdeos. “Daddy” dirigida por Marion Siéfert (texto de Marion Siéfert y Matthieu Barreyre), del 27 al 29 de noviembre, en el TNBA, de 8 a 26 euros. Para los menores de 30 años, por cada plaza adquirida, la segunda es gratuita.