En la playa de Boulogne-sur-Mer, las familias aprenden a navegar en arena en inmensas playas de arena. Equipado con 150 tanques, el club de esta comuna marítima existe desde 1989. Para supervisar los cursos: seis instructores. “Antes teníamos espacios reservados exclusivamente para adultos ávidos de emociones fuertes”. explica Nathalie Devigne, directora del club náutico de arena Côte d’Opale. “De hecho, los niños se sintieron un poco perdidos. Por eso queríamos devolver un lugar a la familia, a los padres que querían quedarse con sus hijos”.
Sensaciones desde la primera sesión.
Primer paso de la iniciación: aprender a preparar tu tanque: “Para zarpar, explica un joven, hay mucho que recordar. Es un poco complicado, pero es muy bueno”.
“Presionas bien con el pie izquierdo para girar a la derecha, y viceversaexplica Nathalie Devigne a los alumnos.
Las animaciones te permiten comprender primero el control de tu tanque y experimentar algunas sensaciones: ” cuando hay mucho viento hay que tener miedo, porque vamos demasiado rápido”, sonríe una joven. “Hoy me sentí feliz porque la pasé bien con mi familia, junto al mar”.
“No pretendo dominar todas las técnicas, explica un participante, pero en una sesión de iniciación ya puedes moverte por tu cuenta. Y eso es extraordinario, porque no hay muchas disciplinas que den placer desde la primera sesión”.
Un momento especial de compartir entre padres e hijos.
Un momento de convivencia que los padres aprecian especialmente: “Nuestro objetivo, explica el padre de dos niños, es iniciar a los niños en esta actividad. No buscamos emociones fuertes.” “Buscamos descubrir este deporte juntos y divertirnos en familia. Y esta noche, poder contarnos cómo fue nuestro día”, testimonia una madre.
Al final del día, todas las carrozas están unidas entre sí, arrastradas por un tractor, hacia el club. Todos a bordo de su embarcación, niños y padres, disfrutarán de estos veleros rodantes hasta el final.