![“Había olor a muerte”: al regresar de España, tres biterrrois relatan su difícil misión en una zona de desastre](https://es.dayfr.com/temp/resized/medium_2024-11-21-d1a2a95c6e.jpg)
Salieron la noche del sábado 9 de noviembre en un camión cargado con las donaciones recogidas de los solidarios biterrrois, para llegar a Paiporta, zona de catástrofe de la Comunidad Valenciana, muy afectada por las inundaciones. Después de una semana de voluntariado, los tres amigos están de vuelta en Biterrois. Testimonio
Saliendo de Adissan la tarde del sábado 9 de noviembre, a bordo de un camión cargado con donaciones de la solidaridad biterrois, recogidas durante varios días, los tres amigos bomberos voluntarios, Jérémy, Célian y Aurélien, llegaron a su destino al día siguiente, a las 5 en punto. 30 h, en la localidad de Paiporta, en la Comunidad Valenciana, muy afectada por las inundaciones.
Apenas llegados al lugar, pudieron incorporarse a los equipos de rescate supervisados por militares y bomberos españoles, y emprendieron una primera búsqueda, equipados con una luz intermitente en su vehículo. Ellos, que se habían preparado para llegar por un terreno difícil, no esperaban tal espectáculo de desolación. “Una situación catastrófica, no esperábamos esta imagen, cercana a un escenario de guerra, con autos volcados, barro por todos lados…” confía Jérémy Jodar, que inició esta misión voluntaria y que guardará esta primera salida en su memoria y en su carne: “Había olor a muerte. Aunque ya lo habíamos experimentado, fue llamativo, perdí el olfato… Pensé que era psicológico y que volvería pero por ahora no lo he encontrado todavía. “..
“Era riesgoso, teníamos el agua hasta la cintura, a veces hasta los hombros”
Inmediatamente se pusieron las escafandras, condición sine qua non para avanzar en este entorno inundado. “Afortunadamente nos habíamos anticipado al llevarnos los trajes, sin ellos no hubiéramos sido tan útiles” – confiesa Jérémy, que recuerda su primera misión: “ayudar a un residente a evacuar el agua de su casa”.
Posteriormente, los tres Biterrois utilizaron sus conocimientos como bomberos voluntarios, pero también como electricistas, trabajadores agrícolas y enfermeros, para acceder a los sótanos, los espacios subterráneos y los aparcamientos que no habían sido visitados. Pudieron reparar instalaciones eléctricas, bloquear el acceso a ascensores o incluso brindar asistencia psicológica a los residentes debilitados por el trauma. “Teníamos la cabeza en el manubrio, seguimos adelante, ahora que estamos de regreso nos damos cuenta un poco de todo lo que hicimos. Era arriesgado, teníamos agua hasta la cintura, a veces hasta los hombros cuando estábamos en En los ascensores, pasamos una semana en el barro.
Una nueva salida prevista para principios de diciembre
De esta difícil misión, Jérémy conserva el reconocimiento y el agradecimiento de los habitantes, conmovidos por su dedicación y su resiliencia, ante la tragedia de la pérdida de su hogar y, a veces, de sus seres queridos. Por la noche, los tres amigos durmieron en un lugar resguardado, sobre su colchón inflable. Sus noches se fragmentaron por la preocupación durante las alertas rojas, cuando volvió a llover, y por los difíciles recuerdos de los cuerpos encontrados sin vida en los pasajes subterráneos. Pese a todo, tienen previsto regresar a España a principios de diciembre para entregar el resto de donaciones.