¿Está justificada la advertencia de Antoine Armand a nivel económico?

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En una economía francesa muy frágil, el aumento de 20 mil millones de euros de los impuestos a las empresas tendrá consecuencias negativas para la inversión, la reindustrialización y el empleo, advirtió el Ministro de Economía. Muchos sectores de actividad ya han anunciado que suspenden sus proyectos en Francia.

“¡Cuidado con el exceso de impuestos!” El ministro de Economía generó polémica con su breve frase de este jueves en las columnas de Le Parisien. ¿Antoine Armand le disparó una flecha a Michel Barnier? ¿Fue esto una advertencia para los parlamentarios?

¿Y si, más simplemente, Antoine Armand se hubiera dirigido a todos los franceses para decirles que no solucionaremos los problemas presupuestarios “llevando el dinero a donde está”? En este caso en las arcas de la empresa.

Desde el inicio de los debates sobre el Presupuesto 2025, el ministro macronista ha constatado esta inflación fiscal. Cada aumento de impuestos encuentra una justificación. ¿El recargo del impuesto de sociedades? Esto sólo afecta a las empresas rentables muy grandes que deben participar en el esfuerzo. ¿Triplicar el impuesto a los billetes de avión? Bueno para el medio ambiente ya que es un sector emisor de CO2. ¿El aumento previsto del pago por movilidad en el transporte público? Esto es para ayudar a los funcionarios electos locales a completar su presupuesto mientras los ingresos por impuestos a la propiedad están a media asta.

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Aumentos de impuestos en trámite para el Presupuesto 2025 © BFMTV.

Pero si sumamos los aumentos de impuestos previstos, llegamos a 20 mil millones de euros. Por no hablar de posibles aumentos de las cotizaciones para los salarios bajos. También están muy bien justificados por sus promotores. Se trata de “eliminar el riesgo de Francia” suavizando la curva de degresión de las reducciones de tarifas.

Las empresas hacen sonar la alarma

¿Por qué apuntar a empresas? Como políticamente es casi indoloro, una empresa no se manifiesta ni vota. Al menos no con una papeleta en una urna.

Porque una empresa sigue votando pero por otro medio: con su chequera. Cierres de instalaciones, anulaciones de inversiones, congelación de contrataciones, despidos… Las consecuencias del “voto” de las empresas son, en última instancia, los que sufren los franceses.

Y ya ha comenzado, aunque las subidas de impuestos no sean efectivas. Desde abril, según la empresa Trendeo, el balance entre aperturas y cierres de polígonos industriales es negativo por primera vez en años. En otras palabras, en los últimos seis meses ha habido más cierres de fábricas que aperturas en Francia.

En una situación ya complicada con numerosos planes sociales anunciados en los últimos meses, ciertos sectores están haciendo sonar la alarma. Como el de la medicina. El químico francés Seqens, que está trasladando la producción de paracetamol a Isère, explica en Les Échos que el sector está dispuesto a abandonar Francia de nuevo.

En el aire, Ryanair también lo ha advertido. En caso de triplicar la tasa de transporte, la empresa está considerando seriamente reducir a la mitad su presencia en Francia abandonando diez aeropuertos.

Michelin había advertido a los diputados

¿Amenazas vacías de presionar al gobierno y al legislador? Nada es menos seguro.

El caso de Michelin es esclarecedor a este respecto. El pasado mes de septiembre, Florent Menegaux, presidente del fabricante de neumáticos, fue interrogado por diputados de la comisión de Asuntos Económicos sobre la política salarial en Michelin. En un ejercicio educativo preciso y cuantificado, el directivo explicó que un empleado en Francia le cuesta un 20% más que el mismo en Alemania, de media.

Añadió que sus costes de producción eran un 20% más altos en Europa que en Estados Unidos y el doble que en Asia, debido en particular a los estándares mucho más altos en el Viejo Continente. Por ejemplo, citó la obligación de trazabilidad del caucho para las empresas europeas, lo que costaría a Michelin 200 millones de euros al año.

Una presentación detallada de la pérdida de competitividad de su grupo en Francia. Esto no impidió que los diputados votaran a favor de una batería de nuevos impuestos, en contra del consejo del gobierno. Desde entonces, Michelin ha anunciado el cierre de dos plantas en el país. Más de 1.200 empleados se ven afectados.

Federico Bianchi

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