En enero de 1979, Irán estaba sumido en la agitación. El país, una vez gobernado por el Sha de Irán, Mohammad Reza Pahlavi, un aliado incondicional de Estados Unidos, fue derrocado y el ayatolá Jomeini tomó el poder. En este clima de tensión, Estados Unidos tomó una decisión que inflamaría los ánimos: acogieron al Sha en su suelo por razones médicas. Este gesto, percibido como una provocación por parte del nuevo régimen iraní, alimentó la ira.
Con el paso de los meses, las relaciones entre Irán y Estados Unidos se deterioraron y las manifestaciones antiestadounidenses aumentaron. El 4 de noviembre de 1979 todo cambió cuando la embajada de Estados Unidos en Teherán fue asaltada por un grupo de 300 a 400 estudiantes iraníes.. Motivados por el deseo de poner fin a la interferencia estadounidense en los asuntos internos de Irán, esperan fortalecer la posición del nuevo régimen islámico. Una vez dentro, capturaron a 52 estadounidenses y los mantuvieron como rehenes. Todo está cuidadosamente planeado. Los rehenes desfilan ante las cámaras de televisión, con los ojos vendados y las manos atadas. Estas imágenes rápidamente dieron la vuelta al mundo.
En medio de este caos, seis personas lograron escapar silenciosamente de la embajada. Pero las calles de Teherán están estrechamente custodiadas por milicianos y soldados y el peligro está en todas partes. Si estos estadounidenses son descubiertos, corren el riesgo de ser capturados nuevamente por los líderes iraníes. La situación se convierte entonces en una cuestión de vida o muerte…
El embajador canadiense Ken Taylor, consciente de los peligros inminentes para los diplomáticos estadounidenses escondidos en Teherán, alertó a las autoridades estadounidenses para evitar una crisis diplomática importante. Como aliado, espera movilizar los recursos necesarios para organizar una operación de rescate. Luego, la CIA desarrolla un plan digno de las mejores películas de Hollywood. La agencia de inteligencia está considerando una exfiltración, con un plan arriesgado: disfrazar a los seis diplomáticos estadounidenses de canadienses empleados por una productora ficticia ubicada en Hollywood. Una operación llamada “Canadian Caper”.
La increíble exfiltración de diplomáticos estadounidenses: un plan digno de Hollywood
Cada detalle está cuidadosamente pensado para darle vida a este engaño. El gobierno de Ottawa acepta proporcionar pasaportes y visas falsos. Un guión de película de ciencia ficción titulado argo Se escribe, se crean guiones gráficos y se colocan anuncios en revistas especializadas para anunciar la supuesta filmación. Incluso se imprimen tarjetas de presentación para cada miembro del equipo.
Este encubrimiento tiene como objetivo convencer a las autoridades iraníes de que los diplomáticos no son más que un equipo de filmación en el lugar y no fugitivos que buscan huir del país. Para llevar a cabo esta peligrosa misión, debes actuar con absoluta discreción. Luego, los diplomáticos fueron separados en dos grupos: dos permanecieron en el apartamento de Ken Taylor, el embajador de Canadá, mientras que los otros tres fueron escondidos en una residencia de la embajada. Poco después, un sexto diplomático, refugiado en la embajada sueca, fue trasladado para unirse al grupo. Se hace todo lo posible para evitar que sean descubiertos…
Pero ahora un error en los documentos amenaza con hacer que la operación fracase. Los visados, ya enviados a Teherán a través del correo diplomático canadiense, contienen inconsistencias que podrían despertar sospechas en las autoridades iraníes. Antonio Méndez, cerebro de la operación, sabe que no hay margen de error. Con serenidad y determinación, acudió personalmente a Teherán con un experto en documentos falsificados para asegurarse de que las autoridades iraníes aceptaran los visados. También coordina los preparativos finales y se asegura de que todos conozcan su papel y su falsa identidad. Mientras tanto, los iraníes registran la embajada estadounidense y empiezan a darse cuenta de que algunos funcionarios han desaparecido… El lazo se está apretando.
Pasar por el aeropuerto de Teherán: el calvario definitivo
El 27 de enero de 1980, Antonio Méndez, su colega y los seis diplomáticos estadounidenses, conscientes de lo que estaba en juego, se dispusieron a vivir uno de los días más estresantes de su existencia. Los diplomáticos, armados con sus pasaportes hábilmente falsificados, se dirigen al aeropuerto de Teherán. Mark Lijek, acompañado de su esposa, fue el primero en pasar a los controles. Pasan todos los controles sin despertar sospechas, su tapadera se mantiene bien.. Una vez a bordo del vuelo Swissairde camino a Zurich, la tensión finalmente comienza a disminuir. En realidad, sólo después de abandonar el espacio aéreo iraní se dan cuenta de que lo peor ya ha quedado atrás.
La operación fue aclamada por la comunidad internacional y esta increíble historia de espías inspiraría más tarde la película. argo, Dirigida por Ben Affleck, quien ganó el Oscar a la mejor película en 2013, demostrando que a veces la realidad supera a la ficción. En cuanto a los otros 52 rehenes estadounidenses retenidos en la embajada, Estados Unidos desplegó diversas estrategias para asegurar su liberación, incluidas sanciones económicas y una fallida operación militar de rescate. Eventualmente, serán liberados el 20 de enero de 1981el mismo día de la llegada de Ronald Reagan a la presidencia, después de 444 días de cautiverio, marcando así el final de una importante crisis diplomática.
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