En una escalofriante historia publicada por L’Observateur, la tragedia ocurrida el 17 de noviembre de 2024 en Saly Niakh-Niakhal revela los horrores de la violencia urbana. Mame Codou Cissé, una comerciante local, escapó por poco de un salvaje ataque orquestado por Chérif Fall, un criminal decidido a robarle, incluso si eso significaba matarla delante de su hija de 5 años. Un ataque brutal en la tranquilidad de la casa. de la mañana de este viernes, cuando Mame Codou Cissé termina de limpiar su tienda. La tranquila mañana se convierte en una pesadilla con la irrupción de Chérif Fall, con unas tijeras en la mano. Este último, en tono amenazador e insultos, exige al comerciante que le entregue su dinero. Pero, tras abrir su tienda, con sólo 2.500 FCFA en el bolsillo, la víctima intenta negociar con su agresor. La tensión aumenta cuando Chérif Fall, convencido de que esconde otras sumas, pone la tienda patas arriba. Loco de rabia, atacó físicamente a la joven, tirándola al suelo, antes de estrangularla salvajemente delante de su pequeña hija que lloraba. Los gritos desgarradores de Mame Codou Cissé no detienen a su verdugo, que está a punto de clavarle unas tijeras en la garganta. Una intervención providencial El drama da un giro inesperado gracias a la intervención de los pasajeros de un autobús “Tata” que se detiene justo delante de la tienda para permitir el descenso de los viajeros. Una mujer que presenció la escena gritó alarmada, atrayendo a los residentes locales. Presa del pánico, Chérif Fall se apresuró a apoderarse de los efectos personales de la víctima: una peluca, un teléfono móvil y una cadena de oro. Intenta huir, pero su fuga se ve truncada. Un puñado de hombres lo alcanzan, recuperan los bienes robados y lo entregan a la policía de Saly Portudal. Con un relato confuso y una defensa inestable ante el tribunal superior de Mbour, Chérif Fall niega las acusaciones en su contra, a pesar de las pruebas irrefutables presentadas por. la parte civil. Pero sus confesiones posteriores delatan su desesperación: confiesa haber perdido todos sus ahorros en un plan de emigración ilegal y haber actuado bajo la influencia de la frustración. ¿Su intención? Obtén el dinero necesario para llegar a Touba. Un veredicto de doble filo para el fiscal: la culpabilidad de Chérif Fall es definitiva. Requiere tres años de prisión. Sin embargo, el tribunal, teniendo en cuenta su confesión tardía, lo condenó a dos años de prisión, veredicto que los familiares de la víctima recibieron con una mezcla de alivio y aprensión. Trauma imborrable, como señala L’Observateur, este ataque deja profundas secuelas, tanto en Mame Codou Cissé como en su pequeña hija, testigos de una escena de violencia poco común. Este trágico acontecimiento nos recuerda la importancia de fortalecer la seguridad de las zonas periurbanas, que a menudo son vulnerables a la escalada de ataques violentos. En Saly, donde la paz parece destrozada para siempre, este acto de barbarie marca un capítulo oscuro en los anales de la inseguridad.
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