Al margen de la próxima cumbre del G7 que se celebrará en Italia, Rusia confirmó que, a partir del 13 de junio de 2024, ya no será posible cambiar divisas, dólares y euros, en la Bolsa de Moscú.
Una forma de que Rusia confirme su ruptura total con Occidente, a pesar de que Washington anunció, unas horas antes, las primeras nuevas sanciones contra el régimen ruso.
De hecho, Estados Unidos ha introducido nuevas medidas destinadas a limitar el flujo de dinero (entrante y saliente) hacia Rusia.
Estas sanciones afectan a la Bolsa de Valores de Moscú, pero también al Centro Nacional de Compensación y al Depositario Nacional de Liquidaciones.
Tres organismos económicos de total importancia para el Kremlin y que, por tanto, se encuentran en el punto de mira del gobierno americano.
El anuncio ruso de dejar de negociar en dólares y euros (excepto en el mercado extrabursátil) es un nuevo paso a favor de la desdolarización.
Se trata de un duro golpe para Estados Unidos, pero también para las empresas importadoras y exportadoras, que utilizan mucho esta moneda.
Sin embargo, mientras esta medida sea contenida en Moscú, el impacto general sólo debería ser relativo.
En cuanto a la reunión del G7, los anuncios que se harán son naturalmente esperados con impaciencia por el gobierno de Putin.
Una primera declaración del presidente Macron también tiende a confirmar que podrían anunciarse nuevos acuerdos, en particular en relación con un paquete de varios miles de millones de dólares en activos rusos congelados que se entregarán a Ucrania para financiar su esfuerzo bélico.
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