Eric-Jean García, Sciences-Po Paris – Cómo superar la división generacional en las empresas – Estrategias y Gestión

Eric-Jean García, Sciences-Po Paris – Cómo superar la división generacional en las empresas – Estrategias y Gestión
Eric-Jean García, Sciences-Po Paris – Cómo superar la división generacional en las empresas – Estrategias y Gestión
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¿Cómo podemos fortalecer los vínculos intergeneracionales y lograr que varias generaciones trabajen de manera inteligente y armoniosa entre sí? ¿Los jóvenes, los viejos, los jóvenes mayores y los mayores?

Esta cuestión es una verdadera preocupación para muchos actores de la vida económica y social, sobre todo porque son cada vez más frecuentes situaciones en las que 4 generaciones se encuentran trabajando juntas en la misma organización.

Generaciones cuyas diferencias se destacan periódicamente para justificar las dificultades para lograr que personas de diferentes grupos de edad cooperen. La prominencia del tema se hace evidente cuando escuchamos frases como: “En realidad no son como nosotros. » o “No hay nada que hacer, no somos del mismo mundo”.

Es cierto que la sensibilidad a la tecnología digital, la relación con la autoridad, las preferencias de vestimenta, el respeto por los horarios, etc., son marcadores generacionales a partir de los cuales resulta tentador categorizar a los individuos según su fecha de nacimiento. Esta tendencia también la confirman los algoritmos de Google y ChatGPT, que contienen mucha información al respecto.

La categorización generacional más popular se expresa detrás de las letras S, B, X, Y, Z y la última llamada A de Alfa. Estas cartas constituyen una grilla de lectura que se sustenta en numerosos estudios y reflexiones cuyo objetivo es revelar las características, necesidades y expectativas de cada generación con la esperanza de encontrar una manera de hacer convivir estas diferencias sin perjudicar la eficacia colectiva.

Obviamente, la popularidad de este cuadro de lectura se debe en gran medida a su simplicidad y, como siempre, la línea entre simplicidad y simplismo es tenue. De hecho, podemos lamentar la ausencia de indicadores sociológicos como los orígenes sociales y culturales. También podemos lamentar que las variaciones psicológicas dentro de un mismo grupo de edad sean tan estereotipadas.

En la práctica, las iniciativas destinadas a armonizar el trabajo colectivo a partir de tales características generacionales están lejos de producir los resultados esperados. Al calcular a los individuos en función de su fecha de nacimiento, la profecía de las brechas generacionales puede incluso volverse autocumplida, especialmente cuando esto lleva a ofrecer más libertad, menos jerarquía y mucha terapia de abrazos.

El problema fundamental de esta cuadrícula de lectura generacional es que se centra en las diferencias entre individuos y, de hecho, descuida sus similitudes. Como bien dice Elisabeth Badinter: “Cada vez que anteponemos nuestras diferencias a nuestras similitudes, entramos en un proceso de confrontación”.

Al centrarnos en las similitudes, corremos el riesgo de encontrar preferencias transgeneracionales, es decir, deseos comunes, necesidades idénticas e incluso convergencias religiosas e intelectuales.

La integración generacional ya no es realmente el tema. El tema pasa a ser el de la agregación, es decir la agrupación de individuos cuyos puntos comunes los predisponen a compartir una aventura común en condiciones favorables que les permitan alcanzar objetivos compartidos.

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