A veces sólo hay que reírse de ello. Así, este empleado del gobierno, tratando de encontrar un lugar en su apretada agenda hasta Navidad: “¡Nos vamos a caer antes de que podamos organizar un almuerzo! » En los pasillos de los ministerios, como en las filas de la “base” de Michel Barnier en el Parlamento, la posibilidad de que el gobierno no pase las vacaciones alimenta conversaciones en todos los tonos, humor (negro) para protegerse del destino con franca angustia. “Cada día que pasa, crece la amenaza de la censura de la RN, lo cual es irresponsable y peligroso cuando necesitamos estabilidad”, observa el diputado del EPR (ex-Renacimiento), Pieyre-Alexandre Anglade.
Los temores se han hecho cada vez más palpables en los últimos días, hasta el punto de empujar al presidente Emmanuel Macron a romper su silencio para abogar por la “estabilidad” desde Río de Janeiro (Brasil) o al primer ministro a insistir en que “no había rodado por el suelo”. estar ahí”. Aumentaron tras la amenaza de una moción de censura presentada por Marine Le Pen en directo en RTL este miércoles por la mañana.
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