“Los agricultores son siempre los últimos en recibir la ayuda solicitada”, se queja Yves Laurencelle, presidente de la UPA de la Capitale-Nationale-Côte-Nord.
Durante las trágicas inundaciones del 1 de mayo de 2023, una quincena de agricultores vieron sus tierras arrasadas por la crecida de las aguas. Algunos han “perdido” por completo parcelas de tierra, afirma Laurencelle.
“En algunos lugares el río se ha ido con la tierra. Por lo tanto, los agricultores deben deforestar y trabajar duro para abrir nuevas tierras”, explica, antes de añadir que en Charlevoix no hay muchas tierras cultivables.
“Varias decenas de hectáreas de campos que he cultivado durante años fueron arrastradas o devastadas por el río, […] Nos dijeron que recibiríamos ayuda y todavía estamos esperando”, testifica Nicol Simard, productor de lácteos y presidente de la UPA de Charlevoix-Ouest, que calcula sus pérdidas en cerca de 50.000 dólares.
En total, unas veinte hectáreas de tierra se perdieron o dañaron por las inundaciones de la primavera de 2023.
Laurencelle señala que el Ministerio de Seguridad Pública ya ha indemnizado parte de los daños sufridos, pero con una cantidad que califica de “ridícula”, es decir, unos 300 dólares por hectárea dañada.
La UPA sostiene que ha intensificado sus esfuerzos ante el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de Quebec (MAPAQ) para recibir ayuda financiera, “por un mínimo de 120.000 dólares”.
Según Laurencelle, los productores afectados deben gastar “al menos entre 5.000 y 6.000 dólares por hectárea perdida” para recuperar su capacidad de producción. Esperan una cantidad equivalente del MAPAQ.
“La sostenibilidad de la agricultura en la región de Charlevoix depende de respuestas rápidas y adaptadas por parte de nuestro gobierno a situaciones de crisis como ésta”, advierte Laurencelle, quien afirma que el CAQ no está “muy atento a sus agricultores”.