Está previsto que el enviado del presidente Biden, Amos Hochstein, vuele el martes por la noche a Beirut como parte de una misión diplomática crucial. Según estimaciones estadounidenses, las posibilidades de alcanzar un acuerdo superan ahora el 50%, a pesar de las recientes escaladas que provocaron la muerte de una mujer en Shfaram, un ataque con misiles en la región central de Israel y un ataque cerca de la sede del gobierno en Beirut. “Hochstein no iría a Beirut si sintiera que no tenía posibilidades de tener éxito. Recibió comentarios positivos del Líbano que lo convencieron de que podía venir a la región”, dice un alto funcionario israelí familiarizado con el asunto.
El enviado estadounidense se reunirá con el primer ministro libanés, Najib Mikati, y el presidente del Parlamento, Nabih Berri. Según Ali Hassan Khalil, un político libanés cercano a Berri, “Líbano y Hezbollah aceptaron la propuesta estadounidense de alto el fuego, con ciertas observaciones sobre su contenido”. Calificó la medida como “el intento más serio de poner fin a los combates”.
Los términos del acuerdo prevén un período de implementación del alto el fuego de 60 días. La gran prueba será la retirada de Hezbollah al río Litani y el despliegue del ejército libanés hacia el sur. Las FDI mantendrán su presencia en el sur del Líbano durante este período, pero con un sistema modificado.
En Israel, se cree que Irán ha dado luz verde a Hezbolá para acordar un alto el fuego, lo que probablemente enviará una señal positiva al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Si el acuerdo tiene éxito, Estados Unidos declarará inmediatamente un alto el fuego, con una posible implicación francesa como garante del lado libanés.
Según el diario L’Orient-Le Jour, Beirut exige el cumplimiento de la resolución 1701 y el fin de los sobrevuelos israelíes de su espacio aéreo. El Líbano también busca garantías internacionales, en particular de las administraciones Biden y Trump, para garantizar el cumplimiento del acuerdo por parte de Israel. Gran punto de desacuerdo: el derecho a la autodefensa se limitaría “sólo en caso de amenaza”, postura que se opone a las declaraciones de Benjamín Netanyahu que desea “actuar sistemáticamente contra los ataques de Hezbolá”.
En cuanto a la supervisión del acuerdo, Beirut quiere un comité selecto que incluya únicamente a Estados Unidos, Francia, Líbano, Israel y la ONU, excluyendo así la participación británica o árabe inicialmente prevista.