Esta acción se produce menos de una semana después de una intervención sorpresa llevada a cabo durante una reunión vecinal en Saint-Éloi.
Los trabajadores movilizados denuncian “el asesinato del CCAS”. Se le acusa de no reposición de puestos, desorganización en la sede y, lo que es más preocupante, de la convocatoria de un gabinete para encontrar soluciones de ahorro de costes. Entre ellos, existe preocupación por la subcontratación de servicios de ayuda a domicilio. “Semejante decisión equivaldría a abandonar a los ciudadanos más pobres”, atacó este lunes una delegación ante la redacción de “Sud Ouest”.
La hipótesis de tal transferencia suscita un rechazo tanto mayor cuanto que los manifestantes, apoyados por los sindicatos CGT y Sud, están convencidos de que conducirá a una precarización de las condiciones de trabajo.
“Déjalo ir”
En el comunicado que anuncia la huelga a Jean-François Fountaine, se acusa al alcalde de “falta de interés por las cuestiones sociales”. Conclusión a la que llegan sus autores señalando, entre otras cosas, la ausencia de un aumento del subsidio de funcionamiento entre 2009 y 2020. “Un descuido con el único objetivo de llevarnos a una situación inevitable”, añadieron los huelguistas este lunes. Cabe recordar que Jean-François Fountaine dirige la ciudad desde 2014.
En los últimos años, la ciudad, que inaugurará el nuevo centro social Christiane-Faure en 2025, ha intervenido periódicamente para remediar las dificultades recurrentes que enfrenta el CCAS.
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