Es un refugio cálido y tranquilizador, bañado por la luz que entra por los grandes ventanales que dejan que el sol de Antibes caliente los asientos del pequeño salón. Y es un alma igualmente cálida la que acoge al cliente en Alizé Coiffure, a los pies de la residencia Le Champagne (1). Cabello negro brillante, sonrisa inefable, Sandrine Leyrit no busca la luz. “No llegas aquí por casualidad, estoy en mi propia burbuja, lejos de las calles comerciales”dice, señalando la hilera de setos que ocultan su salón de miradas curiosas.
Peluquería, una verdadera pasión
Sin embargo, a esta peluquera de 54 años no le falta trabajo. Con un gesto, saca su agenda, que contiene una serie de citas anotadas apresuradamente. “Tengo trabajo hasta finales de diciembre”observa satisfecha. El resultado de una estabilidad notable: ¡Sandrine trabaja en el cruce de Fontmerle desde hace treinta años!
Es por ello, además de por su innegable talento -la profesional ha ganado numerosos concursos a lo largo de su carrera- que la Cámara de Comercio decidió, después de haberle otorgado en el pasado bronce y plata, coronar su trayectoria con la medalla de oro al reconocimiento artesanal, entregada el viernes 11 de octubre. “Fui la única mujer que recibió este premio en esta edición y eso me hace aún más humilde”sonríe esta madre de dos hijos, Nicolás y Laura, dividida desde hace mucho tiempo entre su educación y el exigente trabajo que realiza sola.
“Este trabajo es una pasión para mí.admite, sin embargo. Desde pequeña me encantaba meter las manos en el pelo, mi abuelo incluso me regalaba una cabeza para peinar.” La pequeña de antaño persigue su sueño y obtiene todos los diplomas que es posible obtener antes de abandonar su ciudad natal, Clermont-Ferrand, para experimentar lo que siempre ha deseado: regentar un salón no lejos de la fachada atlántica, en Bretaña. ¿O mediterráneo? Sandrine finalmente eligió lo último “sin arrepentimiento”.
“¡Mis clientes y yo envejecemos juntos!”
Cortarse el pelo en Alizé Coiffure (nombre elegido al azar) es una costumbre que algunas personas tienen desde que Sandrine está aquí. “¡Mis clientes y yo envejecemos juntos!ella se ríe. Uno de los niños a los que puse un asiento elevado ahora es cardiólogo”.
Estos fieles, permanentes o estacionales, así como los recién llegados que vienen para ampliar su clientela, premian a Sandrine tanto, si no mejor, que cualquier medalla de oro.
1. Se recomienda encarecidamente concertar una cita para acudir a Alizé Coiffure: al 04.93.74.13.43. Corte mixto.