El jueves 14 de noviembre tuvo lugar un partido vergonzoso en el Estadio de Francia: enfrentó a los Bleus contra el equipo israelí, lo que permitió al Estado colonial normalizar en el escenario deportivo los crímenes contra la humanidad cometidos en Gaza.
Si el partido fue boicoteado masivamente por el público y protegido por más de 4.000 policías, es decir, un policía por cada 4 espectadores, es necesario subrayar 4 puntos particularmente escandalosos que no fueron suficientemente denunciados esa noche:
1 – Los hooligans de extrema derecha israelíes atacaron inmediatamente a los partidarios franceses, derribándolos a golpes, 20 a 1. Estos son los mismos hooligans que se quejaban después de recibir algunos golpes en Amsterdam. Esta vez nadie habló de “pogromo”, “linchamiento” o “Kristallnacht”. Y lo que es aún más sorprendente, a pesar de los miles de policías y azafatas en un lugar ultraseguro y filmado desde todos los ángulos, los atacantes sionistas pudieron actuar con total impunidad y ninguno de ellos fue arrestado. Imaginemos la situación opuesta: si los aficionados israelíes hubieran sido derribados a golpes en medio de un estadio.
2 – Al mismo tiempo, nada menos que tres presidentes y numerosos dirigentes franceses, desde el Partido Socialista hasta la extrema derecha, subieron a las gradas para mostrar claramente su “apoyo incondicional” a Israel. Aunque este partido sea insignificante a nivel deportivo y vacío en cuanto a público se refiere. El deporte es obviamente político, su presencia lo demostró.
3 – Uno de los golpeadores israelíes, un tal Alexandre, que literalmente viste una camiseta del ejército israelí, fue amablemente entrevistado por BFM después del partido. Repite que estuvo “magnífico”, súper bien organizado y muy seguro. La prueba es que él y sus amigos pudieron sembrar tranquilamente el terror y exhibir símbolos genocidas mientras las banderas palestinas estaban prohibidas. ¡Gracias a las autoridades!
4 – Lo más destacado del espectáculo, los seguidores israelíes cantaron en alabanza a Cnews, Pascal Praud y a la policía a la salida del estadio, mientras la policía repelía una manifestación por Palestina.
Imágenes: Le Media, Enzo Rabouy
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