Hacia la convergencia de las regulaciones sobre el metano: Estados Unidos y la Unión Europea cooperan

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Se están intensificando las discusiones sobre la convergencia de las regulaciones ambientales entre Estados Unidos y la Unión Europea, particularmente en lo que respecta al gas natural licuado (GNL). Una carta obtenida recientemente revela que funcionarios estadounidenses se han acercado a la Comisión Europea para garantizar que las exportaciones estadounidenses de GNL cumplan con los nuevos estándares europeos sobre emisiones de metano.

El texto, fechado el 28 de octubre, fue firmado por Brad Crabtree, director de la oficina de energías fósiles del Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE), y Joseph Goffman, jefe de la oficina del aire de la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Los destinatarios incluyen a Ditte Juul Jorgensen, directora general de energía de la Comisión Europea.

El GNL estadounidense es un recurso estratégico para Europa, especialmente después de la reducción de los flujos de gas ruso en 2021. Sin embargo, el marco europeo, que entró en vigor el pasado agosto, introduce requisitos ambiciosos para reducir las emisiones de metano. Para 2027, las importaciones deberán cumplir umbrales de intensidad de emisiones definidos, con obligaciones de seguimiento a partir de 2025.

Un desafío para la infraestructura estadounidense

Los exportadores estadounidenses de GNL se enfrentan a un gran desafío: recopilar los datos necesarios para cumplir con los requisitos europeos. De hecho, el sistema de transporte de gas en Estados Unidos depende de una vasta red de gasoductos, lo que dificulta el seguimiento de las emisiones en los sitios de producción.

Para responder a estos desafíos, las autoridades estadounidenses están destacando las medidas internas existentes. La Ley de Reducción de la Inflación de 2022 estableció un impuesto a las emisiones de metano, aplicable a los productores de petróleo y gas. Aunque esta medida es impugnada por grupos industriales como el Instituto Americano del Petróleo, constituye una palanca para alinear las prácticas estadounidenses con las ambiciones europeas.

Hacia la armonización regulatoria

Las regulaciones europeas ofrecen exenciones para los países que demuestren que sus marcos regulatorios nacionales son equivalentes a los estándares de la Unión. Esta flexibilidad representa una oportunidad para Estados Unidos, siempre que fortalezca sus mecanismos de control y transparencia.

Los actores del sector, como Cheniere Energy, el principal exportador estadounidense de GNL, están mostrando su apoyo a esta evolución. La compañía publicó recientemente un estudio científico sobre las emisiones de su cadena de suministro y se comprometió a reducir su intensidad de metano.

Anatol Feygin, director comercial de Cheniere, dijo durante un seminario web que estos esfuerzos ampliarán la viabilidad del GNL en los mercados internacionales, al tiempo que cumplirán con los crecientes requisitos de sostenibilidad.

La cooperación transatlántica en marcha

El diálogo entre gobiernos y reguladores de los dos continentes será crucial para eliminar las incertidumbres y garantizar un suministro estable de gas. Los funcionarios estadounidenses expresaron confianza en la capacidad de Estados Unidos para cumplir los objetivos europeos, al tiempo que pidieron una mayor colaboración para armonizar las normas.

Esta iniciativa ilustra un paso importante en la transición energética global, donde la cooperación internacional se vuelve esencial para alinear las políticas ambientales con objetivos climáticos ambiciosos.

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