Una reunión bajo extrema tensión. “No cederemos al antisemitismo”, advirtió este jueves Emmanuel Macron pocas horas antes del partido de fútbol Francia-Israel que tendrá lugar por la tarde en el Estadio de Francia, en las afueras de París, en un ambiente tenso contra un telón de fondo de guerra en Oriente Medio y la lucha contra el antisemitismo. “No cederemos ante el antisemitismo en ninguna parte y la violencia, incluso en la República Francesa, nunca prevalecerá, ni tampoco la intimidación”, declaró también el Jefe de Estado.
Durante entrevistas telefónicas separadas poco antes de la reunión con su homólogo israelí Isaac Herzog y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, Emmanuel Macron también les aseguró la “movilización de Francia” para un “desarrollo fluido del partido”. Y el Elíseo indicó que “el Jefe de Estado presentó a todos el sistema de seguridad establecido y aseguró la movilización de Francia para garantizar el buen desarrollo del partido”. Antes de repetir: “Francia seguirá intratable frente al antisemitismo, dondequiera que se manifieste”.
Asegurar el partido se ha convertido en un problema importante mientras Europa se enfrenta a un aumento de los actos racistas y antisemitas desde el inicio de la guerra entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás en Gaza en octubre de 2023. Un total de 4.000 agentes de policía y gendarmes serán desplegados alrededor y, raramente, en el estadio Saint-Denis, así como en el transporte público y en París.
VideoFrancia-Israel: el Stade de France bajo alta seguridad antes del partido
Los temores de excesos se han visto reforzados tras los graves incidentes que siguieron al partido de la Europa League entre el Ajax y el Maccabi Tel-Aviv, la noche del 7 al 8 de noviembre en Amsterdam. Los partidarios de Israel fueron perseguidos y golpeados en las calles de la capital holandesa, ataques que dejaron entre 20 y 30 heridos y provocaron indignación en muchas capitales occidentales. Antes del partido, los aficionados del Maccabi corearon consignas antiárabes y quemaron una bandera palestina en la céntrica plaza Dam.
Las autoridades francesas, sin embargo, descartan categóricamente renunciar al partido o reubicarlo como hizo Bélgica en septiembre. “Algunos piden que se traslade el partido Francia-Israel. No lo acepto: Francia no da marcha atrás porque eso equivaldría a abdicar ante las amenazas de violencia y ante el antisemitismo”, escribió el ministro del Interior, Bruno Retailleau, el viernes en el X.
Israel pidió a sus aficionados el domingo que evitaran acudir al Stade de France, pero entre 100 y 150 seguidores israelíes estarán presentes, según confirman fuentes a Le Parisien. En cualquier caso, el recinto de Saint-Denis (80.000 asientos) parecerá especialmente vacío, ya que sólo se esperan entre 12.000 y 25.000 espectadores.
El estrado de honor estará bien ocupado. El presidente Emmanuel Macron estará allí para “enviar un mensaje de fraternidad y solidaridad tras los intolerables actos antisemitas que siguieron al partido de Ámsterdam”, según su entorno. Según nuestras informaciones, al partido asistirán sus dos predecesores, Nicolas Sarkozy y François Hollande, así como el primer ministro Michel Barnier.