El evento rápidamente fue criticado por múltiples críticos en las redes sociales, y algunos dijeron que la muerte por autoevisceración no debería considerarse entretenimiento.
Un concurso que ofrecía a sus participantes el papel de samuráis retorciéndose de dolor tras el seppuku, un ritual suicida mediante destripamiento, fue cancelado en Japón tras enfrentarse a una avalancha de críticas.
El evento, denominado “Concurso Seppuku”, se celebraría en diciembre en la ciudad de Matsue (oeste), conocida en el archipiélago como una antigua ciudad de señores feudales.
“Muéstranos tus increíbles habilidades de actuación mientras agonizas durante aproximadamente un minuto después de abrirte el estómago con una espada de plástico”, decía el anuncio en un periódico local la semana pasada. “El autor con la mejor actuación ganará el primer premio”, afirmó.
El evento rápidamente fue criticado por múltiples críticos en las redes sociales, y algunos dijeron que la muerte por autoevisceración no debería considerarse entretenimiento.
“Inadecuado”
El organizador del concurso, que sólo dio su apellido, Ogawa, afirmó el jueves que el concurso fue cancelado tras “recibir numerosos comentarios” que lo consideraron “inapropiado”.
“Pensamos que este concurso podría animar a algunas personas a convertirse en actores o incluso crear algo nuevo en el extraño género de los festivales”, dijo el organizador en un correo electrónico.
Si bien inicialmente pensó que el evento sería simplemente entretenido, reconoció que el término seppuku “todavía estaba asociado en gran medida con la muerte y el asesinato”.
“Lamentamos” haber despertado tanta emoción, añadió.
“Algo cuestionable”
El anuncio también indicó que las actuaciones tendrían lugar frente al ayuntamiento de Matsue, un detalle que tomó por sorpresa a los funcionarios de la ciudad.
“No sabíamos nada al respecto”, dijo Tomokazu Honda, un funcionario de la ciudad, explicando que el organizador había propuesto primero un “mercado de pulgas”.
Los responsables, sorprendidos, se quejaron ante el organizador de que la competición no era adecuada para el lugar y podía “avergonzar a mucha gente”, dijo Tomokazu Honda.
“Transformar la vida y la muerte de una persona en un espectáculo en un lugar como un ayuntamiento es algo cuestionable”, afirmó.