El Pacto de Solidaridad Cívica se puso en marcha el 15 de noviembre de 1999. Hasta entonces se habían firmado 6.151 contratos. Con el paso de los años, cada vez más parejas han elegido esta unión. Hasta alcanzar un récord en 2022, con 210.000 firmas.
Para vivir felices, vivamos en sociedad civil. Este viernes 15 de noviembre el Pacto de Solidaridad Ciudadana, conocido como Pacs, celebra su 25 aniversario. En su momento, la llegada de este contrato fue vista como una revolución para las parejas que querían comprometerse sin casarse, y para las parejas homosexuales que querían unirse. Desde su creación en 1999 hasta 2010, el número de firmas de Pacs siguió creciendo, pasando de 22.271 en 2000 a 205.550 diez años después, según el INSEE. Antes de caer en 2011, alcanzando 152.213 firmas, para luego aumentar gradualmente hasta 2020, año de la epidemia de Covid-19, donde todavía se firmaron 173.894 contratos. En 2022 se registrará un récord con 210.000 Pacs firmados.
Lo suficiente para contradecir a quienes predijeron una caída drástica del número de PACS después de la ley sobre el matrimonio para todos en 2013. Y con razón: la gran mayoría de los PACS se firman entre personas de diferentes sexos. En 1999, se registraron 3.551 uniones civiles de parejas heterosexuales, frente a 2.600 de parejas homosexuales. En 2022, se formalizaron 199.477 uniones civiles de parejas heterosexuales frente a 10.350 de parejas homosexuales.
Matrimonios y uniones civiles, un número casi equivalente
Año tras año, vemos así que la diferencia entre el número de PACS firmados por parejas de distinto sexo y del mismo sexo ha seguido ampliándose. La proporción de parejas homosexuales representaba el 42% de los contratos en 1999, el 24% el año siguiente y menos del 5% en la actualidad.
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Si la curva del número de uniones civiles aumenta de año en año, la del número de matrimonios parece sombría. En 1999, el número de uniones aumentó de 293.544 a 241.710 en 2022. En 2020, además, las parejas prefirieron celebrar una PACS antes que casarse. La primera, que puede explicarse por las múltiples cancelaciones de ceremonias nupciales, también debido a la pandemia, a diferencia del PACS que generalmente se formaliza de forma más sobria en comparación con el matrimonio. Las parejas suelen percibir este último como un compromiso más solemne y vinculante, tanto en sus implicaciones como en la celebración ritual que lo rodea.
El éxito creciente del PACS, en particular entre las parejas heterosexuales, se explica por las numerosas ventajas económicas y administrativas que ofrece a las personas que conviven: un tipo impositivo ventajoso gracias a la declaración conjunta de la renta o incluso la posibilidad de estar cubiertos por el seguro de la pareja seguro médico, incluso en caso de desempleo o de jubilación. El contrato también permite acceder a un derecho temporal a la vivienda y beneficiarse de una exención total del impuesto de sucesiones.
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