El músico, cuya carrera abarcó siete décadas y lo vio acompañar a gigantes como Charlie Parker, Thelonious Monk y Chick Corea, tenía 99 años.
Después de Quincy Jones y Lou Donaldson, otro veterano acaba de retirarse: Roy Haynes ha dejado definitivamente las baquetas, cuatro meses antes de celebrar su centenario. Y al igual que sus dos hermanos menores, con el oriundo del barrio de Roxbury en Boston (Massachusetts), desaparece un último testigo de la revolución del bop. Después de pasar tiempo con Lester Young, Roy Haynes estuvo al lado de Charlie Parker desde 1949, pero también de Monk, sobre todo diez años después en sesiones legendarias en el Five Spot de Nueva York.
A partir de entonces, el hombre que fuera destacado acompañante de Sarah Vaughan servirá a casi todos aquellos que han escrito grandes páginas en la historia del jazz: Stan Getz, Jackie McLean, Roland Kirk, Sonny Rollins, John Coltrane, por nombrar sólo algunos. . que un cinco mayor en el saxofón. Pero más allá de sus cualidades como socio en conducir tan especial, Roy Haynes se distinguió desde muy temprano como compositor y líder. Desde 1959, nosotros tresun trío superlativo de New Jazz que lidera con Paul Chambers y Phineas Newborn, marca el rumbo.
Junto al cuarteto, el trío será una de sus señas de identidad, como lo demuestra otro disco que todo fan debe tener: Ahora canta, ahora solloza con Chick Corea y Miroslav Vitous. A finales de los años 1960, Roy Haynes estaba en muchos frentes, en particular con su Hip Ensemble, una pulsación más orientada hacia el groove de moda libre. Para convencerse de sus cualidades en este ámbito, hay que escuchar Fuego silenciosodonde sus manos hacen bailar las pieles como pocas veces lo hacen. En este título de 1977, todo el arte de Roy Haynes se despliega en ocho minutos, una ciencia de la suspensión y una sensación de resurgimiento, un arte de secuencias de percusión y una frecuencia multiplicada en la caja, sin mencionar su casi silencio. En definitiva, un más que perfecto dominio de la batería, donde añade un sentimiento inigualable, sonriendo constantemente, a los ángeles incluso cuando el tempo es infernal.
Todo lo que le convirtió en poseedor del récord en cuanto a sesiones, acercándose a las 1.500 cronómetro. Y que su nombre se mencionaba a menudo durante los referendos. Como en 2006, donde fue elegido mejor baterista de jazz contemporáneo por los lectores de la revista baterista moderno. Dos años antes, el valiente octogenario había grabado un tema con el nombre apropiado Fuente de la Juventudcon jóvenes cuya presencia amaba. Cinco años después, buen pie, buen ojo, publicará Roy Haynes Realezadonde se lanza a un número a medio camino entre scat y slam cuando llega el momento de retomar, como en los buenos tiempos de sus veintes, Tin Tin Deoun clásico de cubop con clase. Imparable.
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