No volveremos a ver el cohete Ariane 6 en 2024, según acaba de saber Arianespace, que ha optado por posponer el segundo vuelo del lanzador europeo desde su vuelo inaugural el pasado mes de julio. En diciembre, el cohete debía realizar un vuelo que sería el primero de carácter comercial, con el objetivo de poner en órbita el satélite espía CSO-3 por encargo del ejército francés.
Presentado primero para el cuarto trimestre, luego para el mes de diciembre más precisamente, el segundo vuelo del Ariane 6 no se programará finalmente antes de finales de febrero de 2025, para realizar controles y ajustes adicionales. Seguramente se trata de una respuesta al fallo ocurrido en el primer vuelo, cuando la etapa superior no pudo volver a arrancar su motor para su proceso de salida de órbita.
Con este retraso provocado para corregir Ariane 6 y no comprometer sus futuros lanzamientos, la etapa principal y la etapa superior aún no han salido de las líneas de producción de Arianespace, ubicadas respectivamente en Francia y Alemania. Luego serán transportados a la Guayana Francesa, para llegar al puesto de tiro situado junto a Kourou.
El calendario 2025 para Ariane 6 y 2026 para Ariane 64
Al perder su franja horaria de diciembre, el primer vuelo comercial del Ariane 6 también podría comprometer el calendario de otros vuelos previstos para 2025. Por ejemplo, el lanzador europeo deberá realizar ese año otros seis lanzamientos. Arianespace dice que confía en que sus fechas se mantengan, pero cabe señalar que el verano pasado todavía se mencionaron ocho lanzamientos.
Se trata de lanzamientos por encargo de la Agencia Espacial Europea (ESA) de satélites GPS europeos Galileo, pero también de clientes privados como Intelsat, Optus, Skyloom y Hellas Sat. En el futuro, el ritmo anual de lanzamientos del Ariane 6 debería alcanzar entre 10 y 12 lanzamientos. Por lo tanto, esto equivaldría a un lanzamiento por mes en promedio.
Un lanzamiento importante previsto es también el del Ariane 64, la configuración de cuatro propulsores del lanzador europeo. Arianespace ganó el año pasado un contrato con Intelsat para el envío de un satélite geoestacionario, que por tanto tendrá que tener lugar en una órbita situada a 36.000 kilómetros de altitud, muy por encima de la de los satélites situados en órbita baja, a menos de 1.000. kilómetros de la Tierra.
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