Moscú advierte a Tel Aviv: detenga sus ataques cerca de nuestra base en Siria o corre el riesgo de poner en peligro a nuestros soldados. Una advertencia que revela las tensiones subyacentes entre los actores regionales…
Rusia ha emitido una severa advertencia a Israel para que detenga sus ataques aéreos cerca de la base aérea rusa Hmeimim en Siria. Este ultimátum se produce tras una incursión israelí llevada a cabo a mediados de octubre cerca de Latakia, bastión del presidente sirio Bashar al-Assad, apoyado por Moscú en el conflicto que asola su país desde 2011.
Según una fuente cercana al asunto, la fuerza aérea israelí llevó a cabo un ataque “en las inmediaciones” de la base rusa, provocando la ira del Kremlin. “Nuestro ejército obviamente notificó a los funcionarios israelíes que tales actos que probablemente pondrían en peligro las vidas de los soldados rusos allí eran inaceptables”, declaró Alexander Lavrentiev, enviado del presidente Putin para Medio Oriente.
Israel intensifica sus ataques, aumentan las tensiones
Aunque Israel rara vez ataca a Latakia durante sus incursiones en Siria, el Estado judío ha aumentado recientemente los ataques en territorio sirio, en paralelo con sus ataques contra el Hezbollah libanés. De hecho, Tel Aviv acusa al movimiento chiita, apoyado por Damasco y Teherán, de transportar armas a través de Siria.
Ante estas acusaciones, Rusia niega cualquier complicidad. “No vamos a poner nuestra base a disposición para abastecer al Hezbollah libanés”, aseguró Alexander Lavrentiev. Sin embargo, la presencia militar rusa en Siria, aliado inquebrantable de Bashar al-Assad, complica la situación geoestratégica regional.
Un conflicto sirio con múltiples ramificaciones
Iniciada en 2011, la guerra civil siria rápidamente adquirió una dimensión internacional, con la participación de potencias extranjeras que apoyaban a diferentes facciones. Rusia, el principal apoyo del régimen de Damasco, desplegó sus fuerzas en Siria en 2015, cambiando el equilibrio de fuerzas sobre el terreno.
Israel, por su parte, ve muy mal el fortalecimiento de la influencia iraní en Siria, siendo Teherán su enemigo jurado. Por ello, las autoridades israelíes están aumentando los ataques aéreos, afirmando querer impedir que Irán amplíe su presencia a las puertas de Israel.
Entre intereses divergentes y riesgo de escalada
Las advertencias rusas contra Israel demuestran los intereses divergentes y potencialmente conflictivos de los actores involucrados en el atolladero sirio. Moscú, que ha invertido militar y diplomáticamente en apoyo a Bashar al-Assad, tiene la intención de proteger sus logros y sus tropas allí.
Israel, por su parte, considera la presencia iraní en Siria como una amenaza existencial y parece decidido a contrarrestarla, incluso si eso significa acercarse peligrosamente a las fuerzas rusas. Un peligroso acto de equilibrio que genera temores de una escalada con consecuencias impredecibles.
Siria se ha convertido en el escenario de una confrontación geopolítica a gran escala, donde chocan los intereses de las potencias regionales e internacionales.
Análisis de un experto en geopolítica de Medio Oriente
En este contexto inflamable, la advertencia rusa aparece como un intento de marcar líneas rojas para evitar una conflagración incontrolable. Queda por ver si Israel hará caso a esta advertencia o si seguirá prevaleciendo la lógica de la confrontación, a riesgo de desestabilizar aún más una región incruenta después de años de guerra.
Ante estos peligros, la comunidad internacional parece impotente para imponer un alto el fuego duradero y un proceso de paz inclusivo en Siria. Mientras los intereses divergentes de los actores locales y sus patrocinadores extranjeros sigan chocando, la población siria seguirá siendo la principal víctima de este conflicto interminable con ramificaciones cada vez más complejas.