¿Y si el hormigón de los edificios en los que vivimos, trabajamos o albergamos a nuestros animales influyera en nuestro bienestar? Para los vendedores de “Pneumatit”, un adyuvante vendido a 180 euros el litro procedente de Suiza y elaborado siguiendo los preceptos de la antroposofía, no hay ninguna duda al respecto. Según esta empresa, el hormigón convencional “aisla al hombre de las fuerzas del entorno natural, hasta el punto de provocarle malestar, disminución de la vitalidad, nerviosismo, dolores de cabeza, dolores articulares” (sic). Por el contrario, al añadir Pneumatit al hormigón tradicional, el material se infla con “fuerzas vitales”.
Si los preceptos de Rudolf Steiner ya eran conocidos en la enseñanza, la viticultura o incluso la agricultura ecológica, la presencia de la antroposofía en el mundo de la construcción es más reciente. Se plantean interrogantes cuando se sabe que en Bretaña, los agricultores, asesorados por geobiólogos, algunos de ellos bien establecidos en las autoridades públicas, pagaron para “dinamizar” el hormigón de sus cobertizos agrícolas, añadiendo un líquido cuya nada prueba su eficacia… y cuyo precio por litro se acerca al de un perfume de lujo o al de un grand cru añejo.
Huesos de Jay, Nuevo Testamento y Johann Sebastian Bach
En el sitio de Pneumatit el proceso de fabricación del producto es de libre acceso. Parece como mínimo… original, incluso completamente loco y, sobre todo, parece completamente desprovisto de fundamento científico. El producto se obtiene después de triturar y triturar diversos ingredientes, como el fémur derecho de un arrendajo (el pájaro), las conchas del nautilus pompilus (un caracol de mar), pero también las alas de una mariposa, plantas y minerales. Al añadir agua y etanol, el condensado obtenido se convierte en la base del preparado, que promete dar al hormigón una “estructura molecular dinámica”. La mezcla, además, se prepara necesariamente leyendo simultáneamente el pasaje del Nuevo Testamento dedicado a las Bodas de Caná, con Johann Sebastian Bach. Finalmente, se obtienen “modulaciones rítmicas de temperatura”, “utilizando velas y hielo, entre 45 y 2 grados centígrados durante tres noches consecutivas”. Una vez elaborada la pócima, el condensado se diluye en hectolitros de agua (¡1 ml por 10.000 litros!) para obtener el producto final. Es este último el que se vende a 180 euros el litro y que está destinado a mezclarse con hormigón o cemento convencional en las obras.
El 90% de los proyectos finalizados son agrícolas
A pesar de su falsa apariencia de pócima mágica, Pneumatit ha recibido, en los últimos años, una respuesta favorable por parte de particulares y profesionales que buscan construcciones más respetuosas con el medio ambiente. Principalmente en Suiza, muchos en Alsacia, pero también en Bretaña, donde algunos arquitectos o empresas de materiales de construcción promocionan las virtudes del hormigón Pneumatit.
En nuestra comarca se han construido alrededor de medio centenar de edificios siguiendo estos preceptos. En Bruz, cerca de Rennes, un hotel de una gran cadena nacional diseñó su ampliación de treinta habitaciones con “hormigón revivido”. Algunos pabellones privados también han optado por el adyuvante antroposófico. Pero el 90% de los proyectos terminados se refieren a la agricultura: extensiones de ganado, salas de ordeño, etc.
Promovido por geobiólogos
El milagroso adyuvante también se ha utilizado para fundir bases para antenas de telefonía o turbinas eólicas, a pesar de que ningún ser humano trabaja o vive de forma continua, y mucho menos un animal. En el extremo oeste, se “neumatizaron parques”, como en Bourbriac (22), donde se vertieron 116 m3 de hormigón para sellar un aerogenerador. En estos lugares, los geobiólogos, cuya actividad aún no está clara y no está oficialmente reconocida, actúan como asesores, a veces financiados por el Estado. Contactada, la geobióloga que trabajaba en una explotación agrícola y que depende de una asociación, precisa que “recomienda este producto” pero no lo comercializa. Ella se niega a hacer más comentarios.
Sin pruebas científicas
Didier Gognat, representante de Pneumatit en Francia, responde a los ataques contra la marca. Señala en particular un vídeo publicado en Internet cuya emisión está suspendida desde hace varias semanas, según él “lleno de afirmaciones falsas”. “Ser incomprendido y atacado de esta manera es lamentable, doloroso y difícil de responder”, afirmó. En cuanto a las personas que hemos podido entrevistar, Didier Gognat afirma que es “la primera vez que oímos hablar de clientes insatisfechos”. Destaca “pruebas médicas” basadas en la “variabilidad del ritmo cardíaco”.
Respecto al uso de Pneumatit para sellar aerogeneradores, este responsable comercial menciona los “efectos favorables” observados “del hormigón neumatizado sobre los fenómenos de interferencia electromagnética”, sin aportar ninguna prueba científica de sus afirmaciones.
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