lo esencial
El hijo del presidente estadounidense, con un largo historial de drogadicción y alcoholismo, está acusado de cumplimentar de forma fraudulenta un formulario para la compra de un arma en 2018.
Se trata de un episodio jurídico que corre el riesgo de causar mucho ruido al otro lado del Atlántico, en plena campaña presidencial. El juicio por posesión ilegal de un arma de Hunter Biden, hijo de Joe Biden, se abre el lunes 3 de junio en un tribunal federal. Un episodio inédito y arriesgado para la campaña del presidente estadounidense, candidato a su propia reelección.
¿De qué se le acusa?
Hunter Biden, de 54 años, está acusado por fiscales federales de mentir al completar formularios para adquirir un arma en 2018, en los que negó una adicción a las drogas que luego admitió. También acusado de fraude fiscal en otro caso, se defiende aquí de tres cargos de los que se declaró inocente en octubre.
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Un jurado de Wilmington, bastión de Biden en el estado de Delaware, en el este de Estados Unidos, deberá decidir sobre dos cargos relacionados con la cumplimentación posiblemente fraudulenta de los documentos necesarios para la compra de un arma de fuego, y un tercero sobre la posesión ilegal de esta arma.
¿Cuál es la evidencia que lo abruma?
Hunter Biden afirmó en su libro “Les Belles Choses” (2021) haber puesto fin a cuatro años de adicción en 2019, es decir, tras la controvertida compra del revólver. Sin embargo, en 2018, en un formulario para la compra de un arma de fuego, se describió a sí mismo como no drogadicto, una contradicción en el centro del argumento de la fiscalía, considerando que se trata de una mentira, penada por la ley estadounidense. La defensa cuestiona esta mentira, argumentando que Hunter Biden no se consideraba, en el momento de rellenar el formulario, un drogadicto.
¿Qué arriesga?
Si es declarado culpable en juicio, Hunter Biden podría ser condenado a un máximo de 25 años de prisión –aunque en la práctica, pocos condenados por delitos similares acaban tras las rejas– y una multa de 750.000 dólares (unos 691.000 euros), según el New York Times.
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El hijo del presidente de Estados Unidos ya fue acusado en diciembre de fraude fiscal, acusado de haber eludido, mediante una “estratagema”, la obligación de pagar 1,4 millones de dólares en impuestos. Se ha declarado inocente y se espera un juicio este año en California.
