Entre septiembre y noviembre de 2020, la segunda guerra de Nagorno-Karabaj, o guerra de los 44 días, marcó la derrota de Armenia contra Azerbaiyán. La guerra terminó con la muerte de 3.800 soldados armenios y la pérdida de parte de los territorios de Nagorno-Karabaj, región controlada por Armenia durante unos treinta años. En septiembre de 2023, Azerbaiyán recuperó el control total de Nagorno-Karabaj, completando la humillación militar de Armenia. Ereván había cedido un importante territorio en Nagorno-Karabaj y sus alrededores, y la ofensiva relámpago de Bakú obligó a los separatistas armenios de Nagorno-Karabaj a capitular. En los años 1990, los dos países ya se habían enfrentado en una primera guerra que dejó más de 30.000 muertos y que ganó Armenia.
Armenia y Azerbaiyán están discutiendo ahora un tratado de paz. Los dos países ya se han puesto de acuerdo en el 80% de los puntos y Nikol Pashinian, el primer ministro armenio, espera que la COP29 sea la oportunidad para concluirlo. Pero varias cuestiones delicadas siguen sin respuesta y estas negociaciones son criticadas por una parte de la oposición armenia que teme que Pashinian, cuya popularidad está cayendo, haga concesiones demasiado grandes, en particular un cambio en la Constitución que podría ser un casus belli.
Enfoque: El patrimonio cultural armenio sigue en peligro en tierras azerbaiyanas
Con Anita Khachaturovaestudiante de doctorado en Cevipol en la Universidad Libre de Bruselas, su tesis se centra en el conflicto de Nagorno-Karabaj.
En julio de 2024, un informe del Centro Europeo para el Derecho y la Justicia revela que el patrimonio milenario de Nagorno-Karabaj está en peligro. Imágenes de satélite muestran la desaparición y la preocupante destrucción de monumentos patrimoniales armenios en la región, que quedaron bajo control azerbaiyano en septiembre de 2023. Un borrado cultural que no es nuevo.
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