Un ataque ruso a una presa ucraniana siembra el pánico. Las autoridades temen inundaciones devastadoras a medida que el nivel del agua suba peligrosamente. La población contiene la respiración, temiendo lo peor…
Recientemente, un ataque ruso tuvo como objetivo una presa en el este de Ucrania, lo que generó serias preocupaciones sobre el riesgo de inundaciones masivas en la región. Según una fuente cercana al asunto, el ataque “dañó” la presa del embalse de Kurakhové, situado en la región de Donetsk, provocando un rápido aumento del nivel del agua en el río Vovtcha.
Ante esta amenaza inminente, las autoridades locales lanzaron la alerta advirtiendo a las poblaciones de zonas aledañas del peligro potencial. “Este ataque amenaza potencialmente a los residentes de las localidades ubicadas a orillas del río Vovcha en las regiones de Donetsk y Dnipropetrovsk”, dijo en Telegram el gobernador regional Vadym Filashkin, enfatizando la urgencia de la situación.
Un aumento preocupante del nivel del agua
Aunque todavía no se han registrado inundaciones, el rápido aumento del nivel del agua, que ya alcanza los 1,2 metros cerca del pueblo de Velyka Novossilka, está causando gran preocupación entre los funcionarios locales. La presa dañada se encuentra en las inmediaciones del frente, en un sector donde las tropas rusas avanzan desde hace semanas, lo que hace que la situación sea aún más precaria.
Roman Padoune, jefe de la administración militar de Kurakhové, confirmó a los medios de comunicación ucranianos que las aguas habían aumentado en varios pueblos aguas abajo del embalse. Sin embargo, debido a los continuos bombardeos en la zona, actualmente es imposible evaluar con precisión el alcance y la gravedad de los daños sufridos por la presa.
Un precedente preocupante
Este ataque es un triste recordatorio de la tragedia ocurrida en junio de 2023, cuando una enorme presa de la era soviética, ubicada en la región de Kherson, quedó parcialmente destruida. Este incidente provocó la liberación de miles de millones de litros de agua río abajo, inundando decenas de aldeas a orillas del río Dnieper y causando daños ambientales considerables.
Kiev acusó luego a Rusia, cuyas tropas controlaban la presa en ese momento, de haber saboteado deliberadamente la infraestructura para frustrar una contraofensiva ucraniana planeada. Moscú, por su parte, culpó a Ucrania. Este trágico episodio costó la vida a decenas de personas y provocó daños irreversibles al ecosistema local.
Ataques rusos contra otras ciudades ucranianas
Junto con el ataque a la presa, Rusia también ha intensificado sus ataques contra otras ciudades ucranianas. Nikopol y Kryvyi Rig, situadas en la región de Dnipropetrovsk, fueron blanco de fuego de artillería y misiles, provocando varias víctimas civiles.
En Kryvyi Rig, la ciudad natal del presidente Volodymyr Zelensky, un misil ruso destruyó una sección de un edificio residencial e hirió al menos a 14 personas. Los rescatistas continúan sus esfuerzos para intentar encontrar a una mujer y tres niños que aún están atrapados bajo los escombros.
Preocupaciones diplomáticas y llamado a ayuda internacional
Estos últimos acontecimientos se producen en un momento en que aumentan las preocupaciones sobre el resultado del conflicto ruso-ucraniano. La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha despertado temores en Ucrania y Europa, donde el republicano ha criticado la ayuda de Washington a Kiev.
Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, advirtió que una victoria de Rusia en esta guerra representaría un fracaso para Estados Unidos y la comunidad internacional. Durante una visita a Ucrania, se vio obligado a refugiarse en un refugio antiaéreo debido a un ataque a la capital, lo que ilustra la realidad cotidiana del pueblo ucraniano.
Ante esta alarmante situación, Ucrania pide a la comunidad internacional que refuerce su apoyo y ejerza una mayor presión sobre Rusia para que ponga fin a las hostilidades. Los daños a la infraestructura civil, como las represas, ponen de relieve la urgencia de una acción concertada para evitar una catástrofe humanitaria y ambiental a gran escala.
Mientras las aguas siguen subiendo peligrosamente cerca de la presa dañada, la población local contiene la respiración, temiendo lo peor. Los próximos días serán decisivos para evaluar la magnitud de los daños y tomar las medidas necesarias para proteger a los civiles y limitar las devastadoras consecuencias de este nuevo ataque ruso.