El Sector minero maliense está atravesando un período de profunda transformación bajo la gobernanza actual. La legislación minera se ha modernizado con la introducción de nuevas disposiciones destinadas a garantizar una mejor gestión de los recursos naturales y reequilibrar las regalías adeudadas por los operadores extranjeros. Esta evolución del marco minero maliense responde a los objetivos de desarrollo nacional: el oro representa una cuarta parte del presupuesto nacional y tres cuartas partes de los ingresos por exportaciones. Estas reformas apuntan a garantizar que la riqueza del subsuelo de Malí beneficie más a la población local, particularmente a través de inversiones en infraestructura y servicios públicos.
Un arresto que marca un punto de inflexión en la industria minera
Terry Holohandirector general de la empresa minera australiana Minería resuelta Ltd.fue detenido el viernes 8 de noviembre en Bamako, acompañado por varios directivos de la empresa. Los funcionarios fueron llevados al centro especializado anticorrupción para una investigación sobre sospechas de falsificación y daños a la propiedad pública, acusaciones negadas por un gerente de Resolute Mining.
Este procedimiento es parte de un enfoque de transparencia y buena gobernanza en el sector minero. La empresa, que explota en particular la mina de Syama, en la que posee una participación del 80% junto con el Estado maliense (20%), se enfrenta a desafíos operativos debido a una producción en descenso. Su pronóstico minero para 2024 fue revisado a la baja desde un rango de 345.000-365.000 onzas de oro a 205.000-215.000 onzas.
Un nuevo enfoque para la gestión de recursos nacionales
Este estudio revela la voluntad de Malí de reforzar la supervisión de su sector minero, esencial para la economía nacional. El mes anterior, un procedimiento similar afectó a cuatro empleados de la empresa canadiense Barrick Gold. A pesar de un acuerdo y del pago de 80 millones de euros por parte de Barrick Gold, continúa el diálogo entre la empresa y las autoridades malienses sobre el cumplimiento de los compromisos.
Esta mayor supervisión del sector minero demuestra la determinación de Malí de ejercer plenamente su soberanía sobre sus recursos naturales. Las nuevas medidas de control tienen como objetivo garantizar una distribución más equitativa de los ingresos mineros y fortalecer los efectos positivos para la economía local. Para Malí, que se encuentra entre los principales productores de oro africanos, esta nueva política minera representa una oportunidad para modernizar el sector y al mismo tiempo garantizar un desarrollo económico más inclusivo. Redefinir las relaciones con los operadores mineros extranjeros potencialmente creará más empleos locales, desarrollará la experiencia nacional y mejorará las condiciones de vida de las comunidades mineras.
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